Colin McRae es, sin duda alguna, uno de los pilotos más recordados de la última época del rally mundial. Dotado de un carisma único, con un par de muñecas que hacían vibrar a los espectadores, y un pie derecho hipe pesado, que varios problemas le trajo en sus equipos, el escocés dio una gran mano a la publicidad del WRC.
Con un estilo único, el nacido en Lanark fue capaz de sumar miles y miles al deporte, aumentando aún más su popularidad y la del rally con el juego que lleva su nombre, cuando aún no había videojuegos del estilo.
McRae, si bien condujo varios vehículos de rally, inmortalizó el Impreza en su versión 22B, el dos puertas, con los colores azul eléctrico y decoraciones de la firma British American Tobacco, además de las llantas doradas, inseparables del modelo que comenzó su carrera a fines de 1996.
El que se vende es posiblemente uno de los Subaru Impreza WRC más bonitos de la historia de la marca japonesa y tras de sí oculta la historia de ser el primer World Rally Car construido por Prodrive. Fue pilotado precisamente por el propio Colin McRae, Kenneth Eriksson y Piero Liatti, siendo el italiano el encargado de darle la primera victoria en 1997 a dicho modelo, la primera de la etapa pos Grupo A y en el siempre complicado Rallye de Monte-Carlo. Sería la única victoria conseguida por Liatti, pero tanto McRae, como Kenneth dejaron patente que el Impreza WRC97 había nacido plenamente competitivo.
Con un motor de cuatro cilindros bóxer 2.0 Turbo y más de 300 CV de potencia y el último cambio de palanca utilizado por Subaru, esta unidad (la que cuenta con el número tres) está a la venta en Boblingen, Alemania, por el Mohr Klassik GmbH.
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