¿Aguantará la FE la presión de las marcas?

A 82 días del “GP Centenario del ACU de la Fórmula E en Punta del Este”, seremos nuevamente parte de la evolución de la categoría que comenzó hace tres años con 10 equipos independientes (pocos con algo de apoyo oficial) y que ahora involucra directamente a marcas como Mercedes, Porsche, Nissan, Mahindra, Jaguar, Audi y BMW, todas marcando presencia en el asentado mercado automotriz eléctrico, realidad hoy y seguro “boom” de los próximos años.

Quedan sólo dos equipos independientes: Dragon Racing y Tcheetah, en tanto además de las marcas mencionadas otras van por el camino de la especialización como NIO y Venturi.

Por política de la casa matriz, Renault, de tremendo éxito en la categoría, deja ahora que la bandera la lleve Nissan, bien posicionada (con el Leaf por ejemplo) en la carrera eléctrica, en la cual la batería y su autonomía resultan fundamentales.

Para la temporada 2018-2019,  los organizadores de Punta del Este aspiran a que nuestro circuito quede fijo y no oficie de “quitador de las castañas del fuego”, como con este regreso ante la repentina deserción de San Pablo. Mientras tanto, la categoría ya irá por ese entonces con la batería que dure toda la carrera, haciendo innecesario el cambio de auto, el que al principio pareció novedoso pero que ha perdido el atractivo.

El siguiente paso, liberar a las marcas para generar sus propias baterías, ha sido postergado y desde el punto deportivo -no necesariamente del cual lo miran las marcas- creo que esto es muy bueno, pues la batería es el motor y como se ve claramente en F1, las marcas saben dónde podrán terminar una carrera lógica, en virtud de su planta impulsora.

“Hay una regla básica que quiero proteger” dijo ayer Alejandro Agag, aprontando las valijas para la segunda fecha, en Marrakesh, Marruecos el 13 de Enero. “Tenemos que proteger a los equipos privados”.

Eso no lo hizo la F1 y hoy el jinete puede ser excelente pero dependiendo de su caballo es como entrenará, clasificará y correrá. ¿No te gustaría ver a Lewis Hamilton manejando un Sauber?

“Si uno quiere que la FE apueste a lo largo del tiempo no hay otra que proteger al privado que corre con un presupuesto bajo. Para eso hay que crear reglas y no cambiarlas por mas que los constructores importantes empujen. Por ahora no hemos recibido una presión negativa y estamos todos alineados…”

Agag, hombre muy inteligente, sabe que le será muy difícil mantener ese ideal, aunque hayan comenzado desde “cero”, cosa que no ocurrió con la F1 que ya en los años 50 tenía equipos oficiales dominando: Alfa, Ferrari y Maserati, no obstante el primer Campeonato de 1950 fue de seis carreras “normales” mas las 500 Millas de Indianápolis. Que tiempos, cuando la primera fila de la grilla de partida era de cuatro autos y la segunda de tres, y era muy habitual ver varios autos rojos en esas posiciones. Es que el rojo era el color reservado para Italia en el automovilismo.

Mas tarde en 1954 se agregó Mercedes, que había dominado en la pre-guerra con Tazio Nuvolari y Rudolph Caracciola. Pero, como seguramente sabés, el plateado no era el color de Alemania, sino el blanco. Pero al llegar a un circuito, el Mercedes W25 estaba excedido en un kilo del peso mínimo. La solución fue quitarle la pintura, dejándolo “a la chapa” metálica, dando nacimiento a las “Flechas de Plata”. Pero recién a partir de 1958 se disputó el Campeonato de Constructores, y el título fue para los ingleses de Vanwall.

Llegarían con el paso del tiempo muchas marcas, especialmente a motorizar a equipos con experiencia: Honda, Cosworth, BMW, Climax, TAG Porsche, BRM: La que nunca salió y ha ganado mas títulos con su motor es Ferrari, que ya hace 10 años que no consigue el cetro pese a lo cual tiene 16 títulos contra 9 de Williams, en tanto los últimos cuatro han sido para Mercedes.

La pregunta es si la Fórmula Electric podrá resistir la presión de los grandes constructores a quienes de poco les servirá estar, si no ganan. Y para ello necesitarán de un reglamento mas flexible, que con sus técnicos y gran presupuesto, hagan por esos huecos la diferencia.

 

Me gustaría que el discurso de Agag se pudiera mantener, pero ha ya mucho que aquello del Barón Pierre de Coubertin “lo importante es competir” tuvo un pequeño y fundamental agregado “…para ganar”.