El GP de Mónaco y una condena al aburrimiento

Lo de Ricciardo terminó en la piscina, una foto que nadie quiso perderse, a cuenta de lo poco que habría para reflejar respecto a la carrera.

Lo de Ricciardo terminó en la piscina, una foto que nadie quiso perderse, a cuenta de lo poco que habría para reflejar respecto a la carrera.

 

Tras un fin de semana dónde ser australiano estuvo de moda, Ricciardo en Mónaco y Dixon en las 500 de Indy, hoy lo está el pegarle al Principado y a las carreras intrascendentes que suele proponer, y la verdad es que como la del domingo, ninguna.

Desde el punto de vista de los pilotos, lo expresado por Fernando Alonso: “fue el GP mas aburrido que he corrido en mi vida es común denominador.

Lewis Hamilton también se refirió a la carrera: “es una lástima que todo este entorno no tenga un espectáculo acorde…nunca fuí tan lento, a propósito, como ahora…”

Y tienen ambos razón. Es que si la pista no ofrece mas alternativas –que el propio Presidente del Automóvil Club de Mónaco, Anthony Nogues, no se cansa de estudiar- habría que buscar por otro lado, ya que así como se dió el domingo, con todos a un recambio, fue correr contra el desgaste del neumático, sin atacar, preocupados tan sólo por que durara. Tan es así que Daniel Ricciardo ganó regalando séptima y octava, perdiendo entre 20 y 30 k.h. de velocidad máxima, ya que Vettel tenía su propia batalla con la sobrevivencia de sus Pirelli…

La tradición manda y seguramente será difícil encontrar una solución, pero en mi caso me ilusioné con una batalla táctica y en que muchas cosas podían ocurrir, pero no pasó nada, a no ser lo de Verstappen, subiendo lugares, metiendo su Red Bull por dónde fuera, pero mientras era cuestión de autos muy dispares. Cuando llegó a Sainz y su Renault, se terminó el ascenso. Imposible encontrar dónde intentarlo sin arriesgar otro accidente que su equipo no le habría perdonado…

Disfruté de eso, pero solo porque puse en F1TV Pro la cámara a bordo de Max, pero cuando volví al plano general, nada había cambiado ni nada cambiaría. Todo igual, toda la carrera, ideal para mis amigos a los que la F1 “aburre”.

¿Habría que pensar en dos paradas obligatorias en Mónaco? Y, en principio sí, para otras opciones disponibles a los pilotos en cuanto al manejo táctico en un trazado que sólo ofrece una recta con aceleración máxima por ocho segundos.

La solución no es fácil, pero hace rato ya que el GP de Mónaco es lo que es por su tradición, por el lugar, por la historia del Principado, etc. pero no por la carrera. Es mas, si uno recuerda especialmente algún GP en el trazado monegasco lo hará en tono anecdótico; por las caídas al mar de Alberto Ascari y Paul Hawkins, por aquella magistral actuación de Ayrton hasta que Jackie Ickx dió por terminada la carrera cuando el brasileño, con un Toleman, acechaba a Alain Prost….en fin hay muchísimas, pero la excepción que confirme la regla será encontrar una recordada por una gran batalla en la punta, o por un sobrepaso magistral….

El domingo fueron casi dos horas de ver una fila india con escasísimos cambios de posiciones y si se le perdona, hasta ahora por lo menos, no es por el espectáculo que brinda y que debería ser mejor cuidado.

Ya es suficiente con aceptar que por lo general hay dos equipos candidatos a las victorias en la temporada y que el resto es parte del elenco. Pero es frustrante llegar a Mónaco, que a mi me produce especial expectativa, para confirmar, año a año, que aparte de que gana generalmente uno de los que clasifica entre los tres primeros, y esto es casi una norma, en la carrera del domingo  rescaté como atracciones los despistes, pinchazos, toques y el manejo sin errores del ganador, deseando el ingreso de un Safety Car que como nunca habría sido bienvenido, pero no ocurrió.