El País de Madrid con Niki Lauda

El prestigioso periódico español, El País, entrevistó a Niki Lauda, excampeón del mundo y actual presidente no ejecutivo del equipo Mercedes de la Fórmula 1. En la entrevista el expiloto habló de todo, su situación como directivo del equipo Mercedes, la relación con sus pilotos y la de ellos entre sí,  la manera con que se maneja la escudería, e incluso de Ferrari.

A continuación transcribimos la jugosa entrevista.

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La entrevista con Niki Lauda (Viena, 1949) se interrumpe al minuto de haber comenzado porque el austríaco, campeón del mundo con Ferrari (1975 y 1977) y con McLaren (1984), sale un momento de la caravana de Mercedes para saludar a un hombre que le espera fuera porque la silla de ruedas con la que se desplaza no puede salvar los tres escalones sobre los que se eleva el pabellón. Se trata de Guy Edwards, nada menos que quien le rescató del infierno que vivió en aquel gran premio disputado en Nürburgring en 1976, con un accidente que le dejó marcado de por vida y en el que sufrió graves quemaduras. Lauda tiene fama de hablar claro y la mayor parte del tiempo lo hace, aunque actualmente ocupa el puesto de presidente no ejecutivo de la escudería de las flechas de plata y algunas de sus opiniones pueden estar lógicamente condicionadas. Especialmente en una temporada como la actual, dominada con brazo de hierro por los dos pilotos de Mercedes [Rosberg logró la poleen casa, en la décima prueba del Mundial (14.00, Antena 3), por delante de los dos pilotos Williams, Bottas y Massa].

Pregunta. ¿Qué le parece la interpretación que hace de usted Daniel Brühl en Rush?

Respuesta. En Rush está brillante y además, es un buen tío. Hace dos años, antes de la película, vino a verme a mi casa y estuvimos varios días juntos. Después me lo llevé a Brasil para que conociera la F-1 de hoy en día.

P. ¿Cómo se distribuyen las áreas de trabajo en Mercedes usted y Toto Wolff, el director?

R. Yo estoy al tanto de todo. Mi función es supervisar todas las operaciones y, si veo algo que no me cuadra, le reporto a Toto o al responsable del departamento en cuestión. Les doy mi opinión al respecto y después ellos hacen lo que consideran oportuno.

P. ¿Cómo se maneja un equipo con la tensión competitiva que hay entre Rosberg y Hamilton?

R. Es muy sencillo: pueden correr como quieran. No somos nada políticos, no queremos concentrar la mayoría de los puntos en uno de ellos, como hacen otros. Los dos tienen las mismas posibilidades y todos lo tienen claro desde principios de año. Pueden competir entre ellos, punto final.

P. ¿Lo ha digerido igual el que manda en la clasificación (Rosberg) que el que le persigue?

R. Absolutamente. De otra forma no se habrían visto luchas como las que tuvimos en Bahréin. Son muy competitivos y les dejamos serlo, lo mismo que en su día me pasó a mí con Prost o a él con Senna. No hay ningún problema.

P. Hamilton habla maravillas de usted. ¿Le ve tranquilo?

R. Lo está. Yo fui quien le trajo a Mercedes, esa fue mi primera tarea como presidente. Le fui a buscar a Singapur hace dos años y gracias a Dios pude convencerle. Con él empleé el leguanje de los pilotos, el de las carreras. Su llegada supuso un tremendo cambio para la compañía. En 2013 pasamos de ser el quinto equipo al segundo. ¿Por qué? Porque trajimos a otro piloto muy rápido que nos hizo acelerar en todos los aspectos. Ahora podemos ver cómo Nico y él se van empujando: uno es más rápido esta vez y el otro lo es la siguiente. Esa es la clave, que los dos cuentan con el mismo coche y van en la misma dirección.

P. ¿Lenguaje de carreras?

R. Le daré un ejemplo: Toto les dice a los pilotos que si no juegan limpio entre ellos están perjudicando la imagen de Mercedes. Pero cuando el piloto está en el coche, la imagen de la marca no le importa un pimiento, solo piensa en sí mismo. Esas advertencias les resbalan. Entonces aparezco yo y les digo: “Mirad, chicos, a mí me da igual cómo corráis, pero no os mandéis a la hierba porque entonces ponéis en riesgo vuestros propios puntos”. Tal vez eches fuera a tu compañero, pero él puede seguir y tú, no.

P. ¿Cuesta dominar a Hamilton?

R. Ahora está muy equilibrado. Se hablaba mucho de sus locuras pero ya no es aquel chico.

P. ¿Qué le faltaba a Mercedes antes de que él llegara?

R. Velocidad. Incorporar a un corredor tiene una influencia tremenda en el conjunto. Vino de McLaren, y allí hay muchas cosas que se hacen de forma distinta. Sacamos partido de esa nueva mirada. Te planteas que existan métodos más efectivos que el tuyo.

P. ¿Le sorprende cómo soporta la presión Rosberg?

R. No, para nada. Lewis es muy agresivo y tiene mucho talento. Pero Nico tiene el mismo talento que él y piensa de forma distinta. Lewis aborda las carreras con talento y velocidad, pero Nico está pensando en todo momento en hacer el coche más rápido.

P. Siempre ha estado muy unido a Red Bull. ¿Cómo son las cosas ahora desde la competencia?

R. Desde mi posición y gracias al bagaje que tengo en la F-1, puedo entrar en Ferrari, en Red Bull, en McLaren… Puedo ir donde quiera y eso también es bueno para Mercedes. Hay muchas cosas en esta F-1 que deberían cambiar.

P. ¿Qué es lo que no le gusta?

R. Hay demasiado recelo en cualquier acción. En Canadá, Lewis y Nico pelearon por la posición en la primera curva, e inmediatamente apareció en la pantalla que estaban siendo investigados. ¿Quién coño necesita esa información? A más regulación, más aburrimiento. Hay que hacer algo. El año que viene, cada vez que aparezca el coche de seguridad, se volverá a arrancar desde la parrilla. ¿Son idiotas? Las carreras son aburridas y aún lo serán más si paran cada dos por tres. Si hay un accidente, lo que hay que intentar es que todo vuelva a ponerse en marcha cuanto antes.

P. ¿Y qué piensa del campeonato? Con la actual normativa y los motores congelados nadie tiene margen para recuperar terreno.

R. Con eso hay que ir con cuidado. La escalada de costes es uno de los principales problemas que tenemos. Hace cinco años se decidió introducir estos nuevos propulsores híbridos, que consumen y contaminan menos. Pero desarrollarlos cuesta un dineral. Mercedes, Ferrari, Renault y Honda pueden venderlos a los demás equipos, que pagan lo mismo por ellos, entre 18 y 20 millones de euros por unidad. Para poder implantar ese control presupuestario hay que establecer límites.

P. ¿La solución es la más adecuada dado el dominio de Mercedes.

R. El año que viene, Renault y Ferrari podrán cambiar el 48% del motor, que es mucho. En 2016, solo el 18%.

P. Pero un error en invierno ya te elimina.

R. Sí, pero eso es lo de siempre. McLaren tiene el mismo motor que nosotros y el coche es una mierda. ¿Dónde están? En ninguna parte. Mira el Ferrari: otro coche de mierda. El año que viene será distinto porque podrán cambiar la mitad del propulsor. La norma está escrita así. No puedes penalizar a Brixworth (la fábrica de motores de Mercedes) porque los demás hayan sido estúpidos.

P. ¿Qué le parece los cambios en los que anda metido Ferrari?

R. Es el famoso casino italiano. Montezemolo lo está intentando todo y por eso ha decidido incorporar a Mattiacci en el puesto de Domenicali. Pero que nadie crea que la cosa cambiará de la noche a la mañana. Trató de convencer a Newey pero no pudo. Alonso tiene que estar muy frustrado porque hace años que conduce un monoplaza que no funciona, pero el sueldo que cobra le debe aliviar. En estos momentos no puede irse a McLaren porque tiene contrato. Si tienes contrato con Ferrari no te vas a menos que ellos te echen. A veces eliges el coche indicado y a veces el equivocado. Él lleva muchos años pilotando uno malo, pero la vida es así. Ronnie Pettersson, ¿recuerda su caso? Era el mejor y siempre caía en el peor sitio.

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