En simuladores, Disneylandia existe y está en Lyon, Francia

Para entrenar, para divertirse, un complejo de simuladores espectacular.

Estamos en I-Way, en Lyon, Francia. Se trata de un complejo de cerca de 10 millones de dólares, con 18 simuladores en total. 6 simuladores de Fórmula 1, 6 de Rally, y 6 de autos de resistencia.

En una habitación oscura te recibe un piloto probador deLMP2 (Le Mans Prototipos Clase 2) que te hace algunas preguntas. “¿Estás físicamente en forma?; ¿Comiste algo recientemente?; ¿Necesitás ir al baño?”.

Las preguntas, que parecen un poco exageradas, tienen una clara explicación, que el propio piloto inmediatamente te las hará saber.

“La dirección pesa unos 70kg cuando se toman las curvas, y el pedal de freno unos 200 kg cuando vas a velocidad de carrera. Además, experimentarás unos 2G a través de las curvas, de modo que debes estar en buen estado físico para poder controlar el auto.”

Seguramente en ese momento uno comience a dudar un poco, sobre todo si, al igual que yo, lejos está de encontrarse en estado óptimo para subirse a un auto de carrera.

Pero la explicación no termina allí.

“Si comiste algo antes de venir, es mejor que esperes un poco”. Un 4% de la gente que se sube a uno de estos simuladores, lisa y llanamente, vomita.

Pero hay otra recomendación más: “No mires las pantallas de los costados. Ellas proyectan 300 cuadros por segundos para una buena impresión de velocidad, y hacen que mucha gente se sienta mal. Incluso puede hacer que necesites… usar el baño”

Para manejar el simulador de F1 hay que saber, realmente.

La sala destinada a la Fórmula 1 tiene 6 simuladores con carrocerías muy similares a los Toyota TF108 que el equipo nipón utilizó en 2008. Tienen un monocasco de compuesto de fibra de vidrio y fibra de carbono, dirección muy rápida, y asientos idénticos a un verdadero monoposto que están equipados con cinturones de 6 puntos.

Por otro lado, en el salón dedicado al rally podemos encontrar carrocerías de 6 Citroën C2 modificadas para que parezcan idénticas a las empleadas en el Junior WRC. Cabe señalar que las carrocerías son traídas directamente de la fábrica del grupo PSA. Luego está el salón de los autos de resistencia. Los chasis en donde uno tomará asiento son Dallara, y las carrocerías son Pescarolo C60 Courage.

Debajo de cada auto yace una plataforma robotizada Crude Hezatech que hará sentir a los ocasionales pilotos las verdaderas sensaciones de estar en la pista, o en el camino, según a que auto se suba.

En realidad, más allá que parezca un juego, es cosa seria. Tan serio es el tema, que es obligatorio el uso de monos antiflama aprobados por la FIA, además de botitas de carrera, también ignífugas.

El piloto que nos recibió hace ya un rato, ahora se encarga del briefing de pilotos de 10 minutos, en donde en realidad nos explica cómo funciona, lo que en verdad es un juego de computadora. Él termina su alocución indicándonos que es lo más cerca que puede estar un ser humano común de manejar un auto de Fórmula 1.

Luego que te deslizás dentro del habitáculo del monoposto, 6 brazos hidráulicos enormes te suben 72 centímetros en el aire. Una vez al volante, te rodean 3 grandes pantallas planas, y el piloto pone los pedales a tu comodidad y te ajusta los cinturones.

“Este es el botón de pánico. Manejando estos simuladores puede ser que te sientas mal. Si te sentís muy mal, solo apretá este botón, e inmediatamente apagamos la máquina” te dice.

Para el simulador de Endurance hay que tener un excelente estado físico.

Luego de tantas advertencias, uno ya empieza a sentirse un poco incómodo, aunque la acción aún no ha comenzado.

“Tenés 7 cambios detrás del volante, no hay pedal de embrague, 800 caballos, y no hay ABS. El simulador se comporta tal cual un auto de Fórmula 1, por lo que tenés que encontrar el camino más corto entre las curvas, frenar muy, muy fuerte, acelerar del mismo modo, y tratar de no chocar”

A este punto ya no hay vuelta atrás. De todos modos, uno se empieza a preguntar qué tan grande será el papelón que está por hacer. Inmediatamente se da cuenta que pagó unos cuantos euros por subirse, así que ¡qué más da!

El mundo real y el virtual empiezan a confundirnos. Por momentos uno piensa que está por largar una carrera en serio, así que tiene que darse cuenta que en realidad son monitores.

Comienzan a sonar beeps a unos 100 decibeles, y el sonido del motor te ensordece. Al mismo tiempo, los brazos hidráulicos comienzan a moverse mientras se carga la imagen.

Elegimos uno de los dos circuitos disponibles. Uno de ellos se denomina “carrera en la luna” y simula menos gravedad. Por desgracia, los circuitos no son reales, puesto que las licencias son muy caras. De aquí en adelante nos esperan 3 minutos de clasificación y 7 de carrera.

Hay simuladores mas dóciles como este C2.

La mezcla entre los gráficos y donde estamos montados nos hace sentir incómodos, y es verdaderamente intimidante. El sonido es muy fuerte.

La luz se pone en verde, apretamos el acelerador, y el auto se va violentamente hacia atrás. Cada vez que presionamos el paddle shift hacia nosotros, un empuje hacia atrás nos pega contra el asiento, y empezamos a imaginarnos lo doloroso que puede ser irse hacia afuera.

Si esto llegara a ocurrirnos, el auto se va de golpe hacia adelante, y nuestro cuerpo se estrujaría contra los cinturones de seguridad. Pero claro, si antes de pegarnos “la piña” tenemos la desgracia de entrar en trompo, aparecen los síntomas que quien nos recibió nos advirtió.

El auto (en realidad la pantalla, pero ya estamos tan metidos…) empieza a girar muy rápido. Intentamos seguir la pista con nuestra cabeza, pero lo ajustado de los cinturones no nos lo permite, y el estómago se revuelve…

Para bien o para mal, uno realmente cree que está tripulando un auto de carrera. Algo similar ocurre con el resto de los simuladores de rally o endurance aquí disponibles. De todos modos, por mejor hecho que esté, las fuerzas ni se asoman a las que uno experimenta en un auto real, en donde el golpe puede ser fuerte en serio, y les puedo asegurar que el miedo es incomparable.

En definitiva, si Ud. tiene pensado viajar a Francia acérquese hasta Lyon en donde I-Way lo esperará de brazos abiertos para conocer sus simuladores.

Los paquetes de precios empiezan en los 75 euros, y claro, puede gastar cuanto quiera o disponga, y no se preocupe si va en familia. I-Way tiene sendos Spa, Bares, y el resto de comodidades en donde todos serán bienvenidos.

En base a Top Gear

www.i-way-wolrd.com

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