“No soy un Dios…soy una persona normal”

Con 23 años Sebastian Vettel es el Campeón Mundial de Fórmula Uno mas joven de la historia. Y ese es el último de los varios récords que ha ido acumulando. Fue el piloto mas joven en participar de un Gran Premio, con 19 años y 53 días, y luego el mas joven en ganar una carrera, con 21 y 74. Este año, lleva cuatro ganadas de cinco.

Pero a pesar de toda la presión que le genera su rol como gran referente de la máxima categoría, Sebastian es un joven bien ubicado, para nada arrogante e incluso tiene un muy buen sentido del humor.

“No me despierto y me pongo a pensar que soy el Campeón del Mundo. En todo lo que pienso es en la próxima carrera. He ganado el título sí, pero eso no te da ninguna ventaja al correr””.

“En Fórmula 1, cuando la temporada se termina todo es igual para los equipos, que deben comenzar de cero nuevamente,  pensando en la próxima. Soy muy conciente que mi tiempo en el sol puede terminar en cualquier momento. Podría quebrarme una pierna al bajar una escalera y todo se terminaría en un instante. Lo mejor de ser el número 1 es que nadie me lo puede quitar. Estoy muy orgulloso de eso y tenga un buen día o uno malo,  la cuestión  es que me he probado a mi mismo que puedo hacerlo”.

“Por supuesto que uno tiene que hacer muchos sacrificos para ser el mejor. Recuerdo cuando yo era mas joven y mis compañeros se iban a la piscina en un día caluroso mientras yo me iba a casa, me subía a mi bicicleta y a transpirar por dos horas. Me habría encantado faltar a esos entrenamientos e irme con mis amigos, pero debía entrenar…Me perdí una cantidad de cumpleaños mientras corría en karting. Eso no me hacía feliz hasta que me sentaba en el kart y comenzaba a disfrutarlo”.

“No me parece que ser el número 1 me haya cambiado. No soy un Dios. Hay unas cuantas cosas que ya no puedo hacer tan libremente como antes, pero todavía puedo caminar por la calle e ir al cine sin ningún problema, también al fútbol, a ver a mi equipo favorito, el Eintracht Frankfurt y voy a la tribuna, no a las zonas Vip. Siempre hay gente que me quiere sacar fotos, pero no tengo problemas con eso”.

“En muchas formas el automovilismo es como cualquier otro negocio. Hay un objetivo a cumplir  y se trabaja muy fuerte para eso. El día que se llega es lo mejor que te puede pasar y desde allí uno va pensando en el próximo objetivo. Creo que por eso es que no tenemos auténticos amigos entre el grupo de pilotos. Por lo que la gente me dice, en los años setenta los pilotos se iban de vacaciones juntos, con sus esposas y todo, pero los tiempos han cambiado. Cada equipo está totalmente aislado, recluído y pensando solo en el objetivo”.

“El trabajo me consume mucho tiempo y no paso todo el  tiempo que querría con mi novia Hanna (Prater, estudiante de diseño textil a quien conoce desde el Liceo). Los pilotos alemanes son generalmente criticados por un escaso sentido del humor, pero soy un fanático del humor británico y también de su música. Me encanta Monty Python y he pagado 2.500 Euros por una fotografía de los Beatles firmada por los cuatro. Tengo como 500 albumes de vinilo y me encanta poner la púa sobre el disco y escuchar St. Peppers Lonely Hearts Club Band…en fin, soy el de siempre. No soy un Dios, soy una persona normal”

Fuente: Daily Mail / Londres

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