PIlotos italianos en la F1, escasos nombres y pocos logros

Michele Alboreto, en las últimas décadas resultó el mejor piloto italiano en la F1. Pero con exigua cosecha.

Los italianos tienen suficientes motivos para sentirse parte de la historia de la Fórmula Uno. El apellido Ferrari ha sido y es el motivo principal de una pasión fácil de advertir en la gigantesca cobertura mediática que día a día se profesa a la máxima categoría, claro resultado de lo que el público demanda.

Es difícil imaginar a dónde podría haber llegado dicha pasión si los italianos hubieran tenido pilotos de la talla de un Senna, Prost, Schumacher, Lauda, Stewart, en fin…Pero no, tenemos que ir muchos años atrás -sesenta- para llegar a Farina u Ascari, primer ganador de un GP y primer -y único- Campeón Mundial, italiano, de la Fórmula Uno.

De allí en mas, poca cosa en cuanto a resultados: apenas Michele Alboretto, Riccardo Patrese, Alessandro Nanini. Fue en 1980 cuando Alboreto llegó a Ferrari, de la mano de Don Enzo quien decía en su libro “Piloti, che gente..”: “no puedo ocultar mi simpatía por Michele, es un joven que pilota muy bien, que comete pocos errores, es veloz y con un bonito estilo, dotes que me recuerdan a Wolfgang von Trips, al que se parece en el trato educado y serio”.

Jarno Trulli se quedó de a pie y en 2012 no habrá pilotos italianos en la F1.

Alboreto fue el último piloto italiano que Enzo Ferrari hizo correr para su escudería y el último que logró la victoria en un Gran Premio, el de Alemania en 1985, disputado en el circuito de Nurburgring, a poco más de un centenar de kilómetros de donde encontró la muerte en 2001, en Lausitz, corriendo con un Audi R8. Aquella sería una de sus cinco victorias en 194 carreras largadas para Tyrrell, Ferrari, Larrousse, Arrows, Footwork, Scuderia Italia, Minardi. No puedo dejar de mencionar su victoria en Le Mans en 1997.

Riccardo Patrese corrió en la F1 para los equipos Shadow, Arrows, Brabham, Alfa Romeo, Williams y Benetton. Su mejor posicionamiento en un Mundial fue en la temporada 1992, en la que finalizó segundo, por detrás de su compañero de equipo Nigel Mansell. Disputó 256 grandes premios, de los que ganó seis y consiguió la pole position en ocho, ostentando hasta que Barrichelo y Schumacher lo superaron, el récord de mayor cantidad de carreras corridas.

Por último, en mi ranking de los tres italianos “contemporáneos” que dejaron sus huellas en la F1, encontramos a Alessandro Nanini, quien corrió para Minardi y Benetton, equipo con el que consiguió su única victoria en aquel recordado Gran Premio de Japón del 89 cuando Senna y Prost chocaron en la primera curva, Ayrton volvió por una vía de escape, ganó en forma impresionante pero fue descalificado “por haber cortado camino” en un fallo insólito que aún hoy cuesta entender. Pero bueno, así fue como ganó Nanini, quien disputó 78 GP y obtuvo nueve podios, antes de aquel accidente de helicóptero que le valió la amputación de un brazo. Con una fuerza de voluntad impresionante volvió a correr y llegó a ganar pruebas en importantes Campeonatos de Turismo.

En los años cincuenta Alberto Ascari fue el primero y último italiano en lograr el Mundial de Pilotos de F1.

Hay que ir mas profundo en el arcón para rescatar a otros italianos de cierta importancia para el historial de la máxima categoría, por ejemplo De Angelis, De Cesaris y hasta llegar a los mas nuevitos, Fisichella y Trulli. Estos dos son los únicos pilotos italianos en haber ganador carreras después del año 2.000. “Fisico” se impuso en tres y Jarno en una, aquel Gran Premio de Mónaco de 2004.

Sí, claro que muchos pasaron pero no es fácil rescatarlos de la memoria: Ivan Capelli, Bruno Giacomelli, Luca Badoer, Marco Apicella, Gianmaria Bruni, Nicola Larini, Gianni Morbidelli, , Giorgio Pantano, Gabriele Tarquini y Stefano Modena…¿me olvido de alguno?

Y este año, como ya hemos informado, con el adiós de Caterham a Trulli, no habrá -al menos al inicio del Campeonato- pilotos italianos en la F1, dejando mas en evidencia que nunca el escaso aporte del país cuna de Ferrari y Alfa Romeo a la cosecha de apellidos importantes para la máxima categoría. Tan es así que la Ferrari Academy, programa que patrocina y guía a pilotos hacia la F1 ha llevado recientemente allí a Sergio Pérez y Jules Bianchi,  obviamente de otra procedencia.

¿Hay una causa o es simple coincidencia? ¿Será que la presión de los medios es tan grande que los pilotos italianos se apagan rápidamente? ¿Hay una razón?

No encuentro a la Bruja, pero que la hay…la hay.

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