Santi es un ejemplo de que a los 16 años, las cosas a veces se ven muy claras

Santiago Urrutia estuvo esta semana en Montevideo, aprovechando unos días sin actividad en Europa. Tras recibir una gentil invitación fuimos hasta su casa, en donde pudimos dialogar con el piloto y su familia, sobre la carrera que está llevando adelante en el viejo continente.

Urrutia tiene 16 años, es oriundo de Miguelete, Colonia, y comenzó con 5 años a competir en karting, luego de un paso por el motociclismo. Tras unas buenas temporadas en el ámbito local, Urrutia cruzó el charco por primera vez en 2003 y compitió en Argentina, donde consiguió grandes resultados en los años siguientes.

Urrutia recibió a motormario en su casa.

La frontera del piloto se amplió cuando fue a competir al mundial de karting, en el año 2010, logrando destacadas actuaciones. El 16 de octubre de 2011 debutó en la Fórmula Abarth, en el circuito de Monza, y apenas un  años después, se convirtió en Campeón Rookie de la categoría.

Su excelente actuación, con apenas un año a cuestas en la especialidad, hizo que los grandes equipos lo comenzaran a mirar con buenos ojos, recibiendo la honrosa invitación de la Ferrari Driving Academy para formar parte de su plantilla de pilotos.

Urrutia tomó parte de dos pruebas bajo la supervisión  del equipo del cavallino rampante en Barcelona y  Vallelunga, a fines del año pasado, donde cumplió con creces con las expectativas generadas.

Allí fue tentado a competir para  los equipos Campos Racing y RP Motorsport, este último, el que actualmente lo cuenta en sus filas, para completar las ocho fechas previstas para la Fórmula 3 Open dentro del continente europeo.

El Paul Ricard en Francia, el Portimao en Portugal, Nürburgring en Alemania, Jeréz de la Frontera en España, Silvertone en Inglaterra, Spa Francorchamps en Bélgica, Monza en Italia, y el Circuit de Catalunya en España serán los circuitos que el joven piloto deba visitar este año, conduciendo uno de los Dallara F312 del RP.

En febrero de este año, Urrutia afrontó sus primeras tandas de pruebas y sus primeras carreras, en un campeonato preliminar de la categoría, denominado Winter Series. Tras dos participaciones, Urrutia ha sumado unos cuantos kilómetros a bordo de su máquina, muy distinta de lo que ha conducido el uruguayo hasta el momento. En marzo llegó el turno de las pruebas libres en Barcelona, en donde salió lo mejor del piloto, manteniéndose siempre dentro de los primeros lugares, llegando a colocarse primero en uno de los días.

El pasado jueves Santi Urrutia firmó sus acuerdos con dos trascendentes patrocinantes como Ancap y Banco de Seguros. Directores de ambos entes y de la Dirección Nacional del Deporte acompañan al piloto.

Pasando raya, como decíamos en su momento, el debut del coloniense ha sido mejor de lo esperado.  Es que el piloto ha logrado, con escasa experiencia en ese monoposto, colocarse en varias oportunidades por encima de sus compañeros de equipo, con más experiencia en la categoría. Además, Urrutia logró batir en un par de ocasiones a los más rápidos de la F3 Open hasta el momento, Ed Jones y Nelson Mason, ambos con vasta experiencia en ese tipo de carreras.

Pese a los buenos resultados, el paso hacia una categoría mayor a la que competía no ha sido nada sencilla. Desde el costo que ello conlleva, hasta la manera de conducir, han hecho que el joven piloto, siempre apoyado por su familia, tenga que batallar día a día, con los nuevos desafíos y las dificultades de querer progresar en un medio muy competitivo y enorme para los horizontes que vemos desde nuestro pequeño país.

“Lo que más extraño son mis amigos” comenzó diciendo Santi, acomodado en uno de los sillones de su apartamento, mientras mostraba claros signo de cansancio fruto del traqueteo que ha tenido en los pasados seis días en nuestro país.

“Aún no he estado ni un minuto tranquilo, ni he podido dormir bien…  ¡Sabés como me vendría una siestita!” espeta con su cara aún maquillada.

Urrutia, de paso por nuestro país, filmó dos pautas publicitarias para dos de sus sponsors, ANCAP y Banco de Seguros del Estado, y acababa de llegar del autódromo de El Pinar cuando, gentilmente, nos permitió pasar un rato con él.

Uno se sienta a hablar con una persona que corre a más de 250 km/h, que vive solo desde hace un par de años en Italia, que lleva una durísima rutina de entrenamiento, que soporta presiones de todo tipo, y que genera el entusiasmo de los fanáticos, y a veces se pierde de vista que tan solo tiene 16 años.

En pleno entrenamiento

“Entreno doble turno por día. Por la mañana hacemos el trabajo físico, que a veces lleva como 5 horas, y por las tardes me preparo mentalmente, por unas dos horas”. Es que conducir un auto como esos, no vaya a creer que se asemeja a uno para hacer los  mandados.

“Terminás muerto (tras una carrera, o una tanda). Al principio era mucho peor, pero ahora, con el entrenamiento, lo soporto mejor. Al principio se te duermen los tríceps, y se te acalambran los hombros. El volante es muchísimo más duro que el del Abarth, y con el paso de los kilómetros y las vueltas, se te hace muy difícil maniobrar”.

Santi nos contó que la dureza en el volante radica en la configuración del monoplaza, en las cargas aerodinámicas que “apoyan” el tren delantero contra la pista, y el camber, la inclinación de los neumáticos delanteros hacia adentro. Justamente el conjunto de esos aspectos hacen que el auto vaya muy rápido, sobre todo en el paso de curva.

“Hemos hecho un buen arranque, aunque hay detalles que debo mejorar” confiesa el piloto. “Tengo que trabajar más en las curvas rápidas y en los puntos de frenada”. El piloto iba a participar de unas pruebas en Spa Francorchapms hace unas semanas, pero la nieve caída en el circuito belga, impidió la concreción de las pruebas.

“Fue una oportunidad perdida. Lamentablemente no pudimos girar ahí, que es un circuito rápido, y era donde iba a tratar de mejorar en esos puntos. Tendremos que mejorar en las pruebas del Paul Ricard”, que albergará la primera fecha.

Dentro de dos semanas, entre el 26 y 28 de abril, Urrutia afrontará la primera cita del campeonato en tierras francesas, por lo que en la madrugada de este sábado, se irá nuevamente para su lugar de residencia, Italia.

Le pregunto acerca del vínculo que tiene con el resto de los pilotos de la categoría, o con los de su equipo, en inmediatamente me dice “ninguno”.

Santi junto a su equipo en la Abarth

“Tengo buena relación con otro piloto que vive en Milán, pero yo vivo en Forli, cerca de Bologna. No estoy muy cerca, y no lo veo mucho”. Se trata de un piloto que conoció en Abarth, pero que no compite en su categoría.

“No tengo ninguna relación con ningunoen la propia categoría. Llegamos y corremos. Ni siquiera con mis compañeros de equipo”. Es más, tras el toque que tuvo con Alexandre Cougnaud en la primera carrera del Winter Series, el ambiente estaba “enrarecido, tenso” como acotó su padre Carlos, mientras nos desviamos de la conversación hablando del GP de Malasia y la disputa Vettel –Webber.

En una charla posterior con su madre, Claudia,  nos contó, tal vez, una de las razones de las diferencias entre el uruguayo y el resto.

“Es muy diferente. Nadie puede creer que Santi desayune con 1 euro. Mientras que al resto de los pilotos los vienen a buscar en Maserati o en Ferrari, Santi se mueve como puede”.

Las veces que Carlos, su padre, puede irse hasta Europa, se mueven en un auto alquilado, y si no, piden permiso para ir con el equipo.

En la Ferrari Driving Academy.

“Nadie nos puede creer. Les parece raro” continuó Claudia. “Un par de veces les ha pedido al equipo para ir en el tráiler con ellos, con los mecánicos. Es muy diferente a como se maneja el resto de los pilotos. De todos modos, creo que allí radica la buena relación que tiene Santi con su equipo”.

A lo que su madre acota:“Otra vez me pasó que terminamos de comer con el equipo y me puse a lavar los platos. El resto de la gente me miraba como diciendo ‘como la madre de un piloto va a lavar los platos’, pero viste que para nosotros es lo más normal del mundo”.

Santi siente que “Son realidades muy distintas”. Me cuenta que, por ejemplo,  Samín Gómez “vive en Suiza. Se toma el avión y va a las carreras, termina, y vuelve”. Gómez es una venezolana que compitió contra él la categoría Abarth.

Los fanáticos y los que hayan seguido la carrera de Gonchi Rodríguez no les parecerá extraño lo que acabo de escribir, pues el recordado pilot también debió pasar por situaciones similares. Aunque, vale decir, las peculiaridades que tiene un uruguayo corriendo en Europa, también generan entusiasmo “celeste”.

Según nos comentaron, en varias carreras han aparecido grupos con la bandera celeste y blanca apoyando a Urrutia,  la mayoría de las veces sin conocerlo, por el simple hecho de “hinchar” por un uruguayo.

Además, todos coinciden en que lo más emocionante es escuchar el himno de Uruguay en los circuitos, particularmente en Monza, señaló su madre. (Es innegable que en mi mente reaparezca el recuerdo de las estrofas del himno nacional cantadas entre lágrimas por Gonchi en aquel Mónaco en 1999, mientras escucho con atención).

Son varios los compatriotas que se arriman hasta los circuitos a alentar.

De vuelta con Santiago, me cuenta que el objetivo para la primera cita es sumar experiencia y mantenerse en los puntos, aunque si arriesgar. “El campeonato es largo y no quiero tener un 0. Trataré de estar en los puntos, si puedo entre los 6 primeros”.

Para el año, “la idea es estar adelante. Creo que vamos a andar bien, aunque veremos con el paso de las carreras”. Según Santi, “Mason es el piloto a vencer. Es muy rápido, tiene 25 años, y 4 en la categoría. Creo que va a ser el más rápido”.

La primera fecha de la temporada regular será en un circuito en el que Santiago ya corrió este año con el auto de la Fórmula 3, lo que es un detalle no menor.

Al retirarme, recuerdo comentarios que he escuchado sobre otras épocas, de Gonchi, de Trelles, de los sacrificios que para un uruguayo, proveniente de un pequeño mercado, debe ir sorteando para poder escalar en el automovilismo. La situación es siempre de enorme desventaja (por lejanía, presupuesto siempre acotado y acaso mínimo) y en este caso hablamos de un jovencito de apenas 16.

Pero la pasión, el sentimiento íntimo del que “se puede” es contagioso. Los Urrutia, todos, le han puesto mucho coraje a todo esto y por lo pronto que Santi esté dónde está es el primer “sí, se pudo” que habría que escribir con mayúsculas, aunque mas no sea un primer peldaño de una larga escalera. Le veremos ir subiendo, estamos seguros.

Hebert Paguas

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