Si me hubiera puesto a aplaudir, me dolerían las manos, primera conclusión que me llevé del autódromo de El Pinar el sábado, cuando a eso de las 11 de la mañana, visité el “Festival VBF”. Había llegado con las dudas del típico uruguayo ante algo nuevo, promocionado como un éxito que faltaba comprobar. Y vaya si fue un éxito para una jornada en la cual el “Víctor Borrat Fabini” recibió casi cinco mil personas que por estos días, boca a boca, se encargarán de restregarle en la cara a los que no fueron, de lo que se perdieron.
Básicamente, la invitación era para observar un “Sprint Cronometrado” y un espacio reservado a la exposición de autos -y algunas motos- en su mayoría íconos de sus épocas, exhibiciones de autos de carrera y de drifting, mas stands de Clubs de algunas marcas o de fanáticos de algún modelo, Food Trucks y servicios de comida y bebidas bien estudiados, para la generación de una palabra clave: camaradería.
A mis 65, y a punto de cumplir 45 en el periodismo deportivo, recuerdo con especial cariño aquella, mi primera nota escrita justamente en El Pinar: unas 30 líneas para el diario “La Mañana”. Y desde aquel entonces, mil veces he ido, en todas he disfrutado y en pocas me he sorprendido. Una de ellas, con el récord de público cuando la presentación de la Mecánica Argentina Fórmula 1, otra con el éxito del “Desafío de los Valientes” y si dejo a mi memoria desenpolvando archivos, a esta altura al ritmo de una Commodore 64, surgirán no muchas mas…Hasta lo que viví el sábado, primer escalón de algo que año a año no parará de crecer.
Mucha de la gente que concurrió no es público del actual automovilismo, quizás nunca lo fue. Pero están, le gustan los “fierros” y convocados a un evento del cual podían dudar, fueron, se divirtieron y reencontraron con una pasión y con muchos amigos.
La Asociación Uruguaya de Volantes viene pegando en el clavo. El nuevo sector de la pista, los “Track Days”, el Superturismo by Cosworth y ahora el “Festival VBF”. La Directiva, comandada por Julio Berges, con el fuerte aporte de su Gerente, Marcelo Mantegazza, ha logrado con creatividad y mucho esfuerzo que la actividad viva y crezca no obstante estos tiempos que corren e invitan a hacer la plancha, antesala del hundimiento…
Me interesó saber de la génesis del “Festival”, en tanto me subo al carro de los que hasta el viernes no tenían mucha fe, y ahora predicamos con el éxito como respaldo. Y para ello, una charla con el propio Mantegazza, quien nos aportó datos y vivencias, del antes y el durante, en tanto disfruta del después…
“La idea tiene como un año. Un día, estábamos en un asado con dos amigos, apasionados de los autos y de espectáculos diferentes de las carreras de autos y empezamos a hablar del Festival de Goodwood, de Autoclásica, y a tirar ideas de que se podría hacer acá. Y surgió.”
¿Cuantos autos participaron en la pista?
“110 en pista mas la parte de exhiciones, el “Osito” Lafuente, Guzmán Rivero, los Fuerza Limitada, Pedro Passadore con el Argo, el Toyota de drifting de Montero…En realidad, empezamos pensando en 60, pero pocos días después de abiertas las inscripciones ya estábamos superando esa cifra por lo que entendimos que teníamos que apretar un poco los horarios y aceptar mas participantes para la prueba cronometrada”.
¿Cual fue el mas rápido?
“No miré mucho, pero si estoy seguro que Diego Muraglia con el Fórmula 4 fue el mas rápido, pero hubo mucha competitividad en las diferentes categorías. Fue lindísimo ver a la Bugatti haciendo el trazado, al Darmat con Moyano.. en fin. El tema era tener un circuito, con chicanas de fardos, para mostrar habilidad conductiva y no que estuviera basado en velocidad. Que si alguno cometía un error, no rompiera el auto, como máximo un trompo. Todos quedaron felices y muchísimos comprometiéndose para participar en la edición 2020”.
¿Cuantos stands hubo?
“Cerca de cuarenta y quedó a la vista todo lo que apoyaron y lo bien que pasaron. El servicio de comidas, desde los Food Trucks al Parador “Gonchi” o el Parador de boxes funcionaron muy bien y eso fue muy importante”.
¿Que enseñanza primaria te deja esta primera edición?
“Que tiene que ser un fin de semana entero. Y hay mucho para crecer, comenzando por las marcas que tienen que estar exponiendo sus modelos. Hay mucha gente que fue e irá y que no es fanática de las carreras, pero les interesan los autos, para ver, para recordar y por supuesto para eventualmente comprar”.
¿Cuantos fardos se usaron para el circuito sprint?
“Y unos 400. Armar un trazado así no es compatible con correr el mismo día una carrera de una de nuestras categorías. La idea es abrir nuevas puertas a lo que AUVO puede hacer con su autódromo, captando gente que no es habitual en El Pinar. Todo va sumando”.
¿Hay fecha para el Festival VBF 2020?
“Octubre, seguramente. Despues de una evaluación vimos que no se puede hacer mas de un evento de este tipo al año”.
¿Se va a internacionalizar, sin duda?
“El hecho de las elecciones en Argentina paró a unos cuantos que querían venir, y con qué autos! No tengo dudas de que vamos a tener interesados en participar de países vecinos. Fijáte que en Autoclásica se exponen los autos, pero no se circula con ellos y el Festival les dará la oportunidad, a sus dueños, de lucirlos en pista…”
¿Cuanta gente trabajó en la realización del evento?
“Unas cuarenta personas, mínimo, con el apoyo del Club Uruguayo de Rally en la toma de tiempos, mas nuestro personal de pista. Y comenzaron, la mayoría a las 6 de la mañana y se fueron a la caída del sol, con el recital de Diego Vigorito -que la gastó- en el Parador, que ya te digo aprendimos que hay que colocar el número artístico en el medio de la tarde, para que lo disfruten todos. Fue de lo que dejamos anotado, y que también es producto de lo que se hizo, y agradezco especialmente al Presidente de AUVO y a la Directiva, que me bancaron a morir con la idea”.
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Como que todos ganamos. Los que se reencontraron con viejos amigos, los que disfrutaron de la camaradería, de ver y tocar una joya testigo de otras épocas, los que manejaron y fueron competitivos y también los que pasearon sin preocuparse por el tiempo, sino de la ocasión respaldada por una organización que cumplió con los horarios y todas las premisas de seguridad.
Por ello, somos muchísimos aplaudiendo. La idea no era novedosa, simplemente era cuestión de copiar una buena receta que por ejemplo en Goodwood, salvando las distancias, ha logrado un gran clásico que reverbera internacionalmente.
¿Que habrá pensado Lord March, en 1993, cuando realizó el primer “Goodwood Festival of Speed”? Desde entonces, cada mes de Julio, en tres días, colma la capacidad del predio con 150.000 personas, y con entradas agotadas….
En nuestra escala, nuestro Goodwood ya tuvo su primera edición, y sólo puede mejorar. ¿Hasta dónde? El tiempo dirá, pero ya hay muchísimos pensando en Octubre del año que viene.