Tras la “gran piña” de ayer, nos interesó saber como había pasado la noche José Luis Matos: “Todo bien, pensé que me iba a doler hasta el apellido, pero no, no tengo un hematoma y ya estoy en la fábrica, trabajando”.
El accidente lo recuerda así: “ví que Soler se iba al pasto sobre la izquierda, y Silva se paró en el freno, traté de zafar hacia la derecha pero toqué apenas al Morris, lo suficiente para que el auto se elevara, se inclinara y comenzara a volcar. En la cámara a bordo se ve que me agarro primero del volante, luego lo suelto y me agarro del cinturón. No sé cuantas vueltas dí, pero cuando el auto se detuvo enseguida me di cuenta que no me había hecho nada. Estaba muy bien atado, tan es así que no quedó ni una marca en el casco. La jaula ni se movió”.
Cuando llegó el equipo de rescate, José Luis ya estaba hablando por el intercomunicador. “Enseguida sentí la voz de “Chester” preguntándome como estaba y le dije que bien, que no me había pasado nada”.
El equipo de rescate, la gente de SUAT y los bomberos estuvieron enseguida allí, tomaron todas las precauciones del caso y lo sacaron con cuidado, para llevarlo en la Ambulancia al Hospital Británico.
“Sí, me hicieron una tomografía, que dió todo perfecto, me revisaron bien y al rato ya me fuí a casa”.
OTRO ANGULO DEL ACCIDENTE
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