La segunda jornada de verificaciones técnicas y administrativas ha visto desfilar a parte de los aspirantes a la victoria. Las Honda de Barreda, Rodrigues y Gonçalves han optado por mantener un perfil bajo, mientras que los pilotos de los tres Peugeot prefieren esperar los primeros veredictos sobre la pista para manifestarse. El león aún no ha dado un zarpazo, de hecho ¡ni siquiera ha mostrado sus garras!
El sol ha vuelto a hacer acto de presencia en la capital argentina. Y aquí, como en todas partes, la cantidad de ropa que se luce es inversamente proporcional a la temperatura ambiental. Aunque se considere en ocasiones un mundo aparte, el Dakar no es ajeno a esta realidad y el Village levantado para los próximos días en el parque ferial de Tecnópolis aún menos. Por sus pasillos, los pantalones largos han dado paso a los shorts, las camisas a las camisetas y el público ha vuelto a desplazarse en masa, más si cabe que ayer, para disfrutar de la segunda jornada de verificaciones. Y no solo para echar un ojo a las minúsculas minifaldas de las azafatas que custodian los muchos stands de los patrocinadores… Los argentinos son, por encima de todo, grandes conocedores de los deportes de motor: por ello, han sido los pilotos y sus bólidos quienes han acaparado la mayoría de los flashes de las cámaras de fotos y smartphones, de manera particular los competidores que se han presentado hoy con la ambición de subirse a lo más alto del podio en poco más de dos semanas en Buenos Aires.
Los más madrugadores han podido cruzarse con uno de los protagonistas que se ha ganado por méritos propios un puesto entre los candidatos a coronarse en la categoría de camiones: Gerard De Rooy (ganador en 2012), así como uno de sus rivales, Ales Loprais, que se sentará este año en la cabina de un MAN y está decidido, “como poco, a hacer podio”. A modo de respuesta e incluso de motivación, el plusmarquista de victorias reconvertido en manager de Kamaz, Vladimir Chagin, considera que “podemos ganar, pero nada es seguro… En la salida habrá entre 10 y 15 camiones con opciones”. En lo que respecta a los motoristas, los puestos de rivales oficiales del defensor del título Marc Coma se han repartido en su mayor parte en el seno del Team HRC. Sin embargo, sus líderes, ya escaldados por las experiencias pasadas, prefieren no creerse nada y jugar la baza de la humildad, empezando por Joan Barreda, el principal coleccionista de etapas en la edición pasada, que sin embargo finalizó 7º en la general. “Estamos listos. Ahora solo queremos que arranque la carrera”, declara el líder, mientras que Helder Rodrigues (5º el año pasado) se muestra también un tanto enigmático: “hemos trabajado estupendamente y llegamos muy preparados”.
Desde hace varios meses, y de hecho es el tema que trae de cabeza a los observadores, se habla de las opciones de la casa Peugeot para imponerse en su vuelta al Dakar después de 25 años de ausencia. Tal y como adelantamos, las tres DKR 2008 alineadas este año y encomendadas a un trío de campeones difícilmente igualable, han causado sensación en Tecnópolis. En lo que respecta a sus pilotos, pese a su ardiente deseo por dar la campanada y superar de largo a los Mini, todos ellos han querido huir del triunfalismo y mostrarse prudentes. Stéphane Peterhansel, que destaca ante todo su experiencia, explica que “la presión no la sentimos nosotros, los pilotos, que conocemos el Dakar, sino más bien el resto del equipo”. Aunque confíe en una reconversión que demuestre ser tan exitosa como su carrera en motos, Cyril Despres también opta por relativizar al afirmar que “la presión la sentía cuando salía solo, en mi moto, y me enfrentaba al frío y, a veces, a la incertidumbre. Aquí, en cambio, vengo a disfrutar, a construir algo”. Un punto en el que también ha querido insistir el ganador de 2010, Carlos Sainz, cuya modestia es equiparable a su ambición, si bien trata de disimularla: “Este es un Dakar para poner a prueba el coche y trabajar”. Lo cual no impide, eso sí, que nos den una buena sorpresa, siente uno ganas de añadir…
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