Mal comienzo de fin de semana para el múltiple campeón Michael Schumacher, que cumple por estas fechas sus 20 años en la Fórmula 1.
Apenas saliendo de boxes en la Q1 se le desprendió una rueda trasera, golpeando su monoplaza contra las barreras llegando a Rivage.
El alemán señaló: “Bien, obviamente me habría gustado un final diferente para la clasificatoria de hoy, pero es difícil pilotar con tres ruedas; a pesar de tener la experiencia de haberlo hecho en Spa. En serio: esto es ciertamente algo que no debería ocurrir, pero esto también es Fórmula 1; trabajamos al más alto nivel, pero estas cosas pasan. Al principio, no estaba seguro de qué había pasado, pues simplemente perdí la parte de atrás del coche de repente, por lo que instantáneamente me disculpé con el equipo. Pero luego vi la rueda fuera del coche y entendí la razón por la que había perdido el control. Intentando ver la parte buena, probablemente diría que aún me queda un juego de neumáticos nuevos, y que sólo hay un camino que seguir mañana: mejorar“.
Ross Brawn por su parte indicó: “Necesitamos ver qué ha pasado exactamente, pero parecer ser que había algo mal en el anclaje de la rueda trasera derecha, y tenemos que examinarlo cuidadosamente esta noche para asegurarnos que no se vuelve a repetir”.
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