Hay que agradecerle a Pastor Maldonado que la F1 nos haya deparado la mejor carrera en lo que va del año. Sí, gracias por tu “burrada” Pastor, pues al levantar en vilo al Sauber de Esteban Gutiérrez, haciéndole dar un vuelco, felizmente sin consecuencias, trajiste al Safety Car a pista y las diez vueltas que restaban para el final, nos depararon 15 minutos fantásticos, impensables para una máxima categoría muy debilitada por el nuevo reglamento.
Ganó Lewis Hamilton, apenas sobre Nico Rosberg, marcando la tercera victoria consecutiva para Mercedes y el segundo uno-dos consecutivo de las flechas de plata, absolutamente dominantes, ratificando el altísimo favoritismo de los dirigidos por Toto Wolff rumbo a los títulos del año.
El tercer lugar, tras excelente gestión, fue para el mexicano “Checo” Pérez con el Force India, seguido por Daniel Ricciardo (Red Bull), Nico Hulkenberg (Force India) y Felipe Massa (Williams).
TRABAJO LIMPIO DE LEWIS
Que no precisó de lo que desde un primer momento pareció decidido por su equipo. Sólo así se entiende que por radio le hayan pedido a Rosberg, en el primer giro, que cuidara el combustible. Y sólo así, lo de tácticas diferentes de neumáticos, que de no mediar el Safety habrían resultado en una muy clara victoria del inglés.
El Safety fue el catalizador. Tras cuatro giros para retirar los restos del Sauber de Gutiérrez, ya no hubo necesidad de cuidar el flujo de combustible y dejó a Nico en condición, con neumáticos blandos, de revertir el mando de la carrera. Y lo intentó, claramente tres veces, luego de escuchar -ambos- el casi ruego del equipo por radio: “traigan sanos los autos a casa…”
Los intentos fueron duros, pero justamente cuidadosos, si así algo puede definirse en quienes van a fondo y casi al roce, pero pronto convencieron a Rosberg de conformarse con el segundo puesto, quizás porque sus Pirelli blandos ya habían dado lo mejor, quizás por aquello de “tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe…” En buen romance, lo intentó con todo, pero ya era suficiente….
Y eso no fue todo, pues esas diez últimas vueltas también trajeron otros duelos impactantes. Primero fue Hulkenberg quien trató de superar a “Checo”, sin éxito y luego fue Ricciardo, quien dió cuenta del alemán para colocar al Red Bull en el cuarto puesto, y otra vez por delante de Sebastian Vettel.
Por si fuera poco, lo de los Williams -que merecían un mejor resultado- siendo también protagonistas en ese gran final que a efectos del ganador comenzó a decidirse con una buena largada de Lewis. Luego, lo mas destacable fue la paliza que los Mercedes le dieron al resto, en los primeros ocho giros sacando al mejor del resto nada menos que ocho segundos. También lo de Bottas y Massa, con los rejuvenecidos Williams.
Nunca hubo nadie mas involucrado en la pelea por la victoria que ambos Mercedes y por lo visto en el final, muy merecido lo de Hamilton quien con neumáticos medios se las arregló para contener a su compañero de equipo que se mantiene como líder del Campeonato con 11 puntos de ventaja.
En síntesis, nuevamente gracias a Pastor. Pues hasta allí, esta F1 de motores ahogados y excesivamente técnica, con el consumo demasiado involucrado, invitaba a cambiar de canal.
Y el problema persistirá, eso es lo peor. Pues no siempre habrá un Pastor tirando la Biblia en favor del espectáculo. Y ya van tres carreras dónde cada vez cuesta mas entender qué quiso hacer la FIA impulsando esta F1.
¿Cambios? Y sí, seguramente Bernie, De Montezemolo y otros los estarán buscando en aras de algo mejor, pero Mercedes ya está en guardia. A fin de cuentas fue con trabajo y talento que se ganaron este privilegio de ser absolutos dominadores y no será haciéndoles pagar el precio que podrá mejorarse lo que se ha visto y se intuye para el futuro.
CLASIFICACION FINAL DEL GP DE BAHREIN
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