Para llegar primero, primero hay que llegar…La máxima del automovilismo le vuelve a recordar a Max Verstappen que los errores se pagan caros. El holandés se pegó feo en el tercer entrenamiento, en la salida de la chicana de la piscina, y al margen de todo lo que rompió, reparable, su equipo verificó un problema en la caja de cambios que, al necesitar ser cambiada impidió a Max participar en la clasificación.
Verstappen largará desde el último lugar mañana, cuando llegaba a la clasificación como uno de los grandes candidatos a la Pole y por lo tanto a la victoria, mañana. Una durísima lección, aprendida de la peor forma ya que no tendrá chance alguna de victoria y por su forma de manejar, teniendo que pasar a tantos autos de menor rendimiento, es casi seguro que se pegue nuevamente.
Sin duda, un talento espectacular, pero no podía NUNCA pegarse en un entrenamiento a pocas horas de la clasificación. Y lo hizo, tocando primero el guard rail interno al ingreso a la chicana, volando sobre ella y aterrizando para pegar duro del otro lado.
Para Red Bull, un dolor de cabeza.