El abucheo para quien gana y no viste un antiflama rojo está siempre asegurado, por ello no extrañó la recepción a Vettel cuando llegó al podio para festejar su segunda victoria en tres años en el circuito de Monza.
“De última es bueno, pues significa que le gané a los muchachos de rojo. Estamos orgullosos de eso. Una vez estuve de ese lado, pues en 2008 gané con un Toro Rosso con motor Ferrari y la recepción en el podio fue fantástica. Por lo de hoy, no los culpo, aman a Ferrari”.
Monza nunca ha sido un circuito particularmente bueno para Red Bull, por lo que Sebastian expresó: “si, hasta Adrian (por Newey) se sorprendió por lo bien que anduvimos desde el mismo viernes. Pensábamos en algo así como control de daños para esta carrera, y salió todo perfecto. ¿El título? Está lejos todavía.
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