Duele el pecho de verla así. Es una Ferrari F430 Spider que terminó en un lago luego de que su propietario, un ciudadano croata, se excedió en una curva en Austria y la dejó sumergida como se ve. El conductor, pese a que se desbarrancó unos 50 metros, no sufrió heridas y desde una casa cercana llamó a la Policía.
Los bomberos sacaron a la Ferrari de su incómoda situación, pero el gran tema es si alguna vez volverá a arrancar.
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