Se ha confirmado que la firma automotriz norteamericana Tesla está lista para iniciar el proceso de fabricación de su nuevo modelo de producción masiva, con miras a su introducción en los mercados mundiales a partir del segundo semestre de 2017.
El nuevo Tesla se denominará Model 3 y la fase de pre-producción iniciará el próximo lunes en la fábrica que la empresa tiene en Freemont, EEUU. Si todo funciona como es debido, la fase de producción definitiva iniciará en agosto-septiembre, pero al momento ningún vocero de la empresa ha informado sobre volúmenes estimados.
Un portavoz de Tesla confirmó que los procesos que iniciarán la próxima semana “permitirán a la empresa iniciar la producción del Model 3 a fin de año, en una fábrica con capacidad de producir hasta 500.000 autos por año a partir del 2018”.
El Model 3 será el esperado sedán de precio módico con el cual Tesla espera competir en el mercado de sedanes de tamaño intermedio (4.7 metros de largo) que constituye el segmento automovilístico de más venta en EEUU y en el cual compiten productos de alta demanda.
“Desde que se presentó el primer prototipo y se anunció su producción, el Tesla Model 3 ha recibido un gran interés. Tesla recibió pedidos firmes por 120.000 unidades en apenas 24 horas y en solo tres días registró 276.000 solicitudes de compra”, añadieron desde la empresa.
Los especialistas señalan que el Model 3 tendrá un precio inferior a los 40.000 dólares en Estados Unidos y voceros de Tesla aclararon que tendrá el sistema Autopilot de manejo autónomo como equipo estándar, pero no ofrecerá ni siquiera en forma opcional la batería de 100kWh cuyo rendimiento causa furor en las versiones P100D del sedán Model S que se vende en 130.000 dólares y domina el segmento de sedanes de gama alta en EEUU.
Para los especialistas el ingreso al mercado del Tesla Model 3 de propulsión totalmente eléctrica, en un segmento de difusión realmente masiva, marca un verdadero momento de inflexión en la historia de la empresa y del propio automóvil, colocando al fabricante de Palo Alto frente al reto de tener que superar los problemas inherentes a la producción de autos de alto volumen si desea evitar un fracaso que podría comprometer no solo a la empresa en sí, sino también a la credibilidad de los autos con propulsión totalmente eléctrica y sistemas de conducción autónoma.
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