Checo Pérez, una estrella que viene asomando tras la lluvia

La foto fue tomada el año pasado, pero para mi, una similar se tomará el año que viene....

Se lama Sergio Pérez Mendoza, nació en la ciudad de Jalisco, Guadalajara, el 26 de Enero de 1990. Le conocen como “Checo” y desde el domingo ha logrado adjuntar el calficativo “talentoso” al de “piloto con dinero” con el que llegó a esta Fórmula Uno que, desde hace ya varios meses, le reconoce al simpático mexicano su gran habilidad, que no suele poder mostrarse a bordo de un auto de media tabla como el Sauber.

Se inició en karting a los seis años y ya en su primer año ganó cuatro carreras. Allí comenzó el ascenso que en el penúltimo escalón le aparejò su primera victoria en la GP2, nada menos que en la excelente vidriera del Gran Premio de Mónaco. Luego ganaría tres carreras más, pasando luego etapa tras etapa: Skip Barber, Fórmula BMW Alemana y Fórmula 3 Británica

Atrás habían quedado los tiempos de la “Escuela de talentos de Telmex” la telefónica que le fue abriendo el camino hasta que constituyéndose en patrocinante principal de Sauber, le consiguió su butaca en la Fórmula Uno. Fue el 4 de Octubre de 2010 cuando su entorno anunció que “Checo” había firmado el contrato, contituyéndose en el primer mexicano en treinta años y desde Héctor Rebaque, en llegar a la máxima categoría. Nada anormal, uno diría en aquel tiempo. Otro muy buen piloto, con una billetera grande (o gigante pues hablamos de Carlos Slim) con mucho por demostrar y obligado a lucir su muñeca dónde prevalece el medio mecánico. No era fácil la tarea en el auto del equipo suizo.

Recuerdo aquella espectacular “piña” que sufrió en Mónaco al salir del túnel el año pasado. Fue tan fuerte el impacto que una semana después dió unas vueltas en los entrenamientos de Canadá, se sintió mal y tuvo que dejar su lugar a Pedro Martínez de la Rosa. Tuvo mucha suerte, pues aquel choque pudo haber sido el fin, pero no pasó nada y fue parte de un año de aprendizaje.

Mónaco 2011. Aquí se pudo haber terminado todo, pero "Checo" superó la instancia y ha seguido creciendo.

Fue justamente el ser parte de la academia de jóvenes pilotos de Ferrari lo que comenzó a dar que hablar. Es que probó un Ferrari de F1 -junto a otra promesa como Jules Bianchi- y allí ya se corrió el rumor de que se le “estaría considerando como futuro piloto titular de Maranello…”

Y ahora, la insistencia es cada vez mas fuerte. Para ello se combinan factores. Por ejemplo, su gran manejo -tras una buena jugada táctica del equipo- en Sepang y por sobre su error del final que le impidió seguir intentando la victoria ante Alonso. Quedó a dos segundos del español habiendo iniciado la carrera desde el noveno lugar, en una GP loco, con lapsos de lluvia, generalmente factor para revelar a pilotos escondidos. Los mas veteranos recordarán aquella carrera de Ayrton en Mónaco, cuando con el Toleman (¿que auto?) asombró a todos hasta hacer aflorar la venalidad de un Jacky Ickx que se prestó a terminar la carrera con la bandera a cuadros porque Alain Prost la iba a perder a manos del jovencito brasileño.

El otro factor tiene que ver con la decadencia de Felipe Massa, para mi un gran piloto hasta que aquel resorte le golpeó el casco y causalidad o casualidad mediante, otro muy distinto despues. No ha pegado una en la herradura y muchas en sus dedos, con errores constantes y -hay que decirlo claramente- mucha mala suerte. Pero si nos fijamos dónde está Felipinho hoy parado veremos que sólo es barro que se va desmoronando y que sólo podrá solidificar con resultados en un año que, increiblemente, luce un presente muy bueno para Ferrari pero claro, producto de Alonso, un poco de fortuna y -cuando no- la lluvia.

Desde 1971, cuando Pedro Rodríguez en el GP de Holanda de 1971 que un mexicano no subía al podio. Y “Checo” (coche al revés) lo hizo, reafirmando que amén del padrinazgo mas adecuado, tiene con qué llegar al tope. Será sólo cuestión de tiempo, eso parece seguro.

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