De las orillas del mar Rojo con Jeddah como punto de salida hasta la ciudad del deporte y de la cultura de Qiddiya, cerca de la capital Riad, pasando por los cañones y las montañas del oeste del país y luego por el extenso espacio vacío lleno de dunas del llamado “Empty Quarter”, la 42ª edición del Dakar ha culminado con las victorias del estadounidense Ricky Brabec en motos, que sube a Honda a lo más alto tras 31 años de espera; de Carlos Sainz, con su tercer trofeo con tres marcas de autos diferentes; de Casey Currie, que ondea también la bandera de Estados Unidos en SSV; del chileno Ignacio Casale, que vuelve a hacerse con las riendas de la categoría quads; así como de Andrei Karginov, que prosigue con la saga victoriosa de la marca Kamaz.
En total, 237 de los 342 vehículos que tomaron la salida en Jeddah (un 69,3%) figuran en la clasificación general final de la prueba: 96 motos, 12 quads, 58 coches, 31 SSV y 40 camiones. 19 vehículos que abandonaron por el camino reengancharon luego y han llegado a Qiddiya en el marco de la categoría Dakar Experience.
Motos: Brabec y Honda en la cumbre
Hacía 31 años que el primer fabricante mundial no ganaba el Dakar. Además, ningún piloto estadounidense se había adjudicado aún el rally raid más célebre del mundo. En Qiddiya, Ricky Brabec y su Honda 450 CRF escribieron un nuevo capítulo en la historia y con letras de oro. A la cabeza desde el final de la tercera etapa, el californiano ha sabido gestionar sabiamente su ventaja a lo largo de las siguientes jornadas. El año pasado le traicionó la mecánica a tres especiales de la meta, pero este año la moto ha ido como un reloj hasta el último kilómetro. La justa recompensa para un piloto que no escatima jamás esfuerzos, así como para Honda, que ha sabido esperar pacientemente desde su retorno oficial al Dakar en 2013. Edición tras edición, sin desalentarse, pese a los reveses acumulados, el equipo HRC ha logrado mejorar la fiabilidad de la moto, reorganizando su estructura, encontrando así la como destronar al equipo KTM que sumaba 18 victorias consecutivas desde 2001. Detrás de Brabec, Pablo Quintanilla ha sido el más incisivo. Al mando de su Husqvarna, el piloto chileno consiguió un excelente segundo puesto, tras un año dedicado a recuperarse de la lesión del último Dakar en Perú. El tercer puesto del podio fue para Toby Price, ganador en 2019.
Yamaha se posicionaba antes del Dakar como el rival de Honda para acabar con el ciclo de victorias de KTM en la categoría de motos, con dos pilotos punteros con claras opciones a convertirse en ganadores. Sin embargo, Adrien Van Beveren, cuarto en 2017, y Xavier de Soultrait, séptimo el año pasado, tuvieron que abandonar la prueba de forma prematura debido a caídas en la tercera y la cuarta etapa. El clan de la marca de los diapasones albergaba también las aspiraciones francesas, pero al final, no figuró ningún piloto galo en el Top 10, algo inédito en el Dakar.
Quads: el retorno victorioso de Casale
A la cabeza de la general de principio a fin, el chileno no ha contado realmente en ningún momento con una clara oposición, pese a los esfuerzos de Simon Vitse (2 victorias de etapa) o de su compatriota Enrico Giovanni, que se vió obligado a abandonar en la sexta etapa. Con 4 victorias de etapa y una presencia en el Top 4 con una regularidad asombrosa (10/11), lo de Casale no ha dado para definición con suspenso. Tan solo la pérdida de 45 minutos en la búsqueda de un way-point en la 10ª etapa inquietó un poco al piloto, que iguala ahora a Marcos Patronelli como tricampeón del Dakar en esta categoría.
Autos: la resistencia de Sainz
Los tres pilotos que ocuparon el podio final suman 50 participaciones en Autos y ahora 14 títulos en la categoría. El conocimiento de la región y la fiabilidad de su Toyota Hilux, con resultados demostrados, hacía que los pronósticos favorecieran a Nasser Al-Attiyah. Sin embargo, el Mini Buggy confiado se ha comportado magníficamente permitiendo al “Matador” otro rutilante éxito, y a sus 57 años de edad. En cabeza tras la tercera etapa y luego en la jornada de descanso, Carlosr solo tembló en la octava especial cronometrada, cuando perdió parte de su ventaja sobre sus dos rivales más cercanos. Sin embargo, supo aguantar luego sus intentos de ataque hasta Qiddiya. El lituano Vaidotas Zala, quien quedó rápidamente fuera de la lucha, tuvo el privilegio de inaugurar el palmarés saudí del Dakar en la categoría, mientras que Mathieu Serradori obtuvo su primera victoria de etapa, como un auténtico amateur superando a los profesionales en la llegada a Qadi Al Dawasir.
Al Attiyah ha logrado mantener su récord: ha ganado al menos una especial en todas y cada una de las 13 últimas ediciones del Dakar. Uno de los raros récords que no pertenecen ni a Peterhansel ni a Vladimir Chagin.
SSV: Currie por la regularidad
En lo previo de una categoría en pleno auge sin claros favoritos, Cassey Currie formaba parte de los pilotos que había que seguir de cerca. El piloto estadounidense esperó a la segunda semana para destacar, dejando primero que otros competidores, con mayor experiencia, se llevaran los laureles, como por ejemplo “Chaleco “López (2 etapas), Reinaldo Varela (2), el subcampeón de 2019 Gerard Farrés (2), el pentacampeón en motos Cyril Depres (1) o incluso las jóvenes promesas Blade Hildebrand (2), Mitchel Guthrie (2) y Aron Domzala (1). Aunque han sido numerosos los ganadores de etapa, todos han conocido al menos una jornada aciaga que ha echado por tierra sus aspiraciones a la victoria final en el Dakar. Currie, por su parte, se la jugó a ser regular para adjudicarse su primer Dakar en su segunda participación al volante de su Can-Am, delante de un Sergei Karikain que se va de Arabia Saudí sin ninguna victoria de etapa, pero con la satisfacción de un podio final, tras su victoria en quads en 2017.
Nuestro compatriota Sergio “Osito” Lafuente compitió como copiloto de un argentino en la categoría Livianos Ligeros de los SSV y pelearon al principio hasta que la máquina no quiso mas.
Camiones: Karginov mantiene el título en casa
Ganador de las tres primeras ediciones, Eduard Nikolaev partió como gran favorito en la 42ª edición del rally. Sin embargo, no participó en ningún momento en la pugna y terminó incluso abandonando por grandes problemas técnicos con su Kamaz. Por fortuna, al fabricante ruso no le faltaban candidatos y pudo contar con su antiguo ganador de 2014, Andrey Karginov. Tras una etapa inaugural pobre, el piloto de 43 años dió luego todo un recital con 7 victorias de etapa y un ritmo imposible de seguir para sus rivales, incluidos sus compañeros de equipo: Anton Shibalov, segundo en la general con 3 victorias de etapa, llegó a 42 minutos y Siarhei Viazovich a más de dos horas.
.Trás quedaron 7.400 kilómetros de un Rally durísimo que tiene aseguradas cuatro ediciones mas, al menos, en Arabia Saudita, país que se sigue promocionando a través del deporte: final de la Super Copa de España en Jeddah, el Dakar y ahora insistiendo en recibir a la Fórmula 1 en el calendario 2023 en base a un circuito a construirse en Quiddiyah.