Quienes le conocimos desde muy joven, desde allí le valoramos. Esforzado, comprometido como nadie con su trabajo, un libro abierto sobre el automovilismo uruguayo y con una memoria prodigiosa. Así era Albino Olmos, quien ya no está con nosotros aunque seguirá en nuestro recuerdo mientras los que quedamos le extrañaremos por siempre.
Una persona leal, humilde y muy trabajadora. Buen padre y amigo dispuesto en la situación que fuera, generó multitud de amistades por dónde pasó, desde aquellos tiempos con Jorge Stewart en El Día.
Será muy raro ir a una carrera y no verle. Habrá que mirar hacia arriba, pues subido en alguna nube seguro que no estará perdiendo detalle de lo que en la pista esté ocurriendo.
Se fue un romántico del automovilismo, una persona de bien y que a su paso dejó miles y miles de amigos. Por ello, hoy somos una legión de tristes los que le despedimos con el respeto que supo ganarse.
Buen viaje, amigo!
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