Una de las categorías formadoras de talentos más importantes del mundo, la FIA F3 European, vivió un vergonzoso fin de semana, en Monza, luego de que el comisario deportivo Nils Wittich se viera obligado a cancelar la tercera y última competencia de la fecha por la “mala conducta” de los pilotos.
El sábado finalizó con una gran preocupación en el paddock de Monza, después del espectacular vuelco de Lance Stroll por el toque con Antonio Giovinazzi y otros incidentes durante la carrera 2. Esa misma noche, Wittich convocó a una reunión de emergencia a los equipos y pilotos, y allí les advirtió que al día siguiente pondría fin a la carrera si los pilotos no se comportaban correctamente.
El presidente de la Comisión de monoplazas de la FIA, Stefano Domenicali, se enfureció por las noticias que le llegaron desde Monza y le dio el respaldo a Wittich para tomar la drástica decisión en el caso de que los chicos volvieran a conducir peligrosamente en la carrera del domingo.
El comisario de turno les había avisado que en caso de un accidente por manejo incorrecto haría ingresar el auto de seguridad hasta completar el 75 por ciento de la competencia y así poder repartir la totalidad de los puntos.
Sin embargo, el domingo nada cambió. El primer auto de seguridad debió ingresar para sacar de la leca al auto de Ryan Tveter, que se había despistado. Hubo otros toques y la decisión final llegó al molestarse Mikkel Jensen y Lance Stroll a la entrada de la curva Parabólica. El auto de seguridad entró en la vuelta 7 de 19, y dos vueltas más tarde Wittich ordenó la bandera roja. “Estoy muy triste por los buenos pilotos (con sólo la mitad de puntos adjudicados para las carreras 2 y 3), pero la decisión de conducir de esta manera fue de ellos”, sentenció el comisario deportivo.
El show no debía continuar. Mano dura en una etapa de la carrera deportiva de los pilotos donde lo más importante es la docencia. De todas maneras, la F3 es el último escalón de la etapa de desarrollo, donde los pilotos ya deberían tener cierta experiencia. Y eso es probablemente lo que más preocupe. Y lo que seguramente ofuscó a Domenicali…
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