Romain Grosjean fue dado de alta hoy (jueves) del Hospital Militar BDF de Bahréin donde se recuperaba del brutal accidente del GP de Bahrein en el que tras estrellarse contra los guard rails a la salida de la curva 3 a 221 km/h, salió del incendio de su Haas con apenas quemaduras en manos y pies. Pasado el gran susto dió su primera entrevista al canal de la televisión francesa ‘TF1’.
“Sin el Halo, yo no estaría vivo. Creo que Jules (Bianchi) no me quería allá. Vi mi visera toda naranja, las llamas a mi alrededor y me vino a la mente el accidente de Niki Lauda, no quería terminar así. Tuve que salir por mis hijos”, reconoció al inicio de la nota.
Confiesa que sintió más miedo por su familia que por si mismo: “Al final, se me quemaron las manos y tengo un esguince fuerte, pero pensé que me había roto el pie. Tenía más miedo por mi familia, por mis hijos primero, pero también por mi padre y mi madre, no tenía miedo por mí. Vi a la muerte llegar, no tuve otra opción que salir de allí”.
“Mi pequeño Simón, que tiene cinco años, me dijo que yo tenía un poder mágico, un escudo mágico de amor que me protegía. Me hizo un dibujo. Esto es como un renacimiento para mí. Estaré marcado de por vida por este accidente”, reconoció el piloto de 34 años.
“Fue una combinación de circunstancias en la dirección correcta. No me quejo, No era mi momento. Estoy muy bien dada la magnitud del accidente. Tuve las manos vendadas y parecía Mickey Mouse pero las quemaduras son superficiales y tengo movilidad en todos mis dedos”.
Del accidente del domingo lo recuerda todo: “No perdí el conocimiento. Pudse levantarme de la butaca, pude quitarme el cinturón de seguridad y el volante ya no estaba allí, seguramente voló durante el impacto. Esto no ha pasado ni en películas de Hollywood. Estuve 28 segundos en las llamas, pero me pareció mucho más tiempo, ya que intenté salir del cockpit tres veces”.