“Este domingo no se emitirá Top Gear”. Con un escueto comunicado, la BBC ha confirmado la suspensión del presentador Jeremy Clarkson, y por ende del popular programa automovilístico del que es alma máter, a causa de su última trifulca con uno de los productores de la cadena. El periodista inglés, de 54 años y cuyo carácter irreverente es bien conocido por los espectadores, ha protagonizado numerosas controversias en los últimos tiempos, pero su liderazgo de audiencia parecía convertirle en un intocable. Según El País de Madrid, la drástica decisión del ente público británico sugiere que esta vez se ha pasado de la raya.
Ningún detalle ha trascendido sobre el episodio que ha conducido a esa suspensión, “a la espera de una investigación” sobre lo sucedido, y el propio interesado guarda silencio por el momento. Aunque trascendió que el presentador le habría propinado un golpe de puño a uno de sus productores. Clarkson habría recibido una “última advertencia” el pasado mayo, después de ser acusado de utilizar una palabra racista durante el rodaje de uno de los episodios del programa. “Creo que la BCC está buscando a un nuevo presentador para Top Gear. El aspirante debe ser viejo, mal vestido y pedante, pero capaz de llegar al trabajo a tiempo”, tuiteó hace un mes en una suerte de vaticinio.
Uno de sus antiguos colegas, el ex presentador de Top Gear Chris Goffey, ha recordado cómo el personal de la cadena pública estaba acostumbrado al “carácter fuerte” de Clarkson y su enorme facilidad para alterarse, por lo que deduce que “debe haber ocurrido algo muy serio” para justificar su suspensión inmediata.
El nombre del personaje ha estado asociado a la polémica desde que tomara las riendas de Top Gear en 2002, acompañado de los copresentadores Richard Hammond y James May, pero en la reciente temporada se mostró desbocado en sus excesos. El pasado diciembre fue expulsado de Argentina después de pasearse con un Porsche que lucía una placa reivindicativa de la victoria del Reino Unido en su guerra con Argentina (1982). Y alardeó de ello como respuesta a las quejas recibidas por la BBC.
También se convirtió en persona non grata en México, cuando las chanzas con su colega Hammond, a quien en las emisiones apoda “el hámster”, acabaron en comentarios extremadamente insultantes de este último: “perezosos” o “patanes” fueron algunos de los términos con los que calificó a los mexicanos en plena emisión del programa. Los japoneses o las mujeres en general tampoco se han librado de otras desagradables invectivas, y eso en un medio público contra cuyo libro de estilo Clarkson ha solido colisionar.
Algunos medios británicos aventuran que la carrera de Jeremy Clarkson está ahora en la cuerda floja, pero el también columnista del diario The Times cuenta con el apoyo de muchos incondicionales. Cuando apenas habían pasado dos horas del anuncio de su suspensión en la BBC, una petición en Change.org, Bring Back Clarkson (Devolvednos a Clarkson), ya había recogido 8.000 firmas.
Mientras tanto, el propio Clarkson, Hammond y James May bromearon al respecto en Twitter, preguntándose que ver el domingo en televisión.
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