Cuando uno rastrea el origen de las cosas, suele encontrar casos sorprendentes que como en la naturaleza comienzan con una pequeña semilla para resultar en un gran ombú…
Por ejemplo, el caso de Chung Ju-Yung, nacido en el seno de una familia rural de Tongchon, hoy Corea del Norte, durante la ocupación japonesa de un país por aquel entonces aún sin dividirse.
Era el menor de seis hermanos y no tuvo mas que estudios primarios, ya que sus padres no tenían dinero, por lo que su día se resumía al ayudar en la granja familiar.
Con 16 años Chung huyó para independizarse a la ciudad de Chongjin, pero su padre lo encontró e hizo volver.
Meses mas tarde, vendió la única vaca de la granja familiar, compró un boleto de tren para Seúl y cambiando de empleo en empleo, fue redescubierto por su padre, y de regreso a la granja.
Tozudo el hombre, en 1931 volvió a escaparse a Seúl, donde comenzó a trabajar como repartidor en una tienda de arroz. Cuando su propietario cayó enfermo le traspasó el negocio a Chung, que con 22 años años dirigió su primera empresa propia. Sin embargo, dicha tienda cerró al poco tiempo por la imposición, por parte del Gobierno de ocupación, de un sistema de racionamiento.
En 1940, un año después del cierre de su empresa de arroz, Chung montó un pequeño taller mecánico de automóviles en la misma ciudad. Su negocio progresó y llegó a emplear a 70 trabajadores pero en 1943, en plena segunda guerra mundial el Gobierno japonés forzó a la compañía a fusionarse con una acería.
Con el dinero ganado con el taller mecánico y después de que los japoneses desocuparan Corea, Chung volvió a montar en 1947 una empresa de construcción y reparación de automóviles en Seúl bajo el nombre Hyundai, cuyo significado es “Modernidad”.
Sin saberlo, estaba dando origen a uno de los gigantes de la industria automotriz mundial, a pesar de que su primer automóvil –el sedán compacto “Cortina”, bajo licencia de Ford- sería construido recién en 1968.
En Uruguay nos enteramos, alla por fines de los 70, cuando por aquí llegó el “Pony”, que importaba Antonio Manzione, realizado en colaboración con Mitsubishi e Italdesign de Turín y por cierto un auto rústico, a una galaxia de lo que hoy significan en calidad los modelos del grupo automotriz Hyundai, que incluye a la marca Kia y que utiliza ese logo de una “H” estilizada que simboliza a dos: la empresa y sus clientes, con un lema que con el tiempo pasó de ser “Conduce a tu destino” al actual “Nuevo Pensamiento, Nuevas Posibilidades”.
El lema preside la marcha del hoy sexto fabricante (por ventas) del mundo, que en 2012 llegó a las 4.410.000 de unidades, la mayoría –como el modelo que probamos para esta edición- fabricados en la planta mas grande del mundo, la de Ulsan, capaz de producir mas de un millón de autos por mes, algo así como uno cada 20 segundos.
Esta y otras fabricas, por ejemplo la de Natovisce en Rep. Checa, la mas moderna de Europa, proveen de unidades a 193 países, con mas de 6.000 concesionarios.
Muchos menos son los representantes y entre ellos, pocos con tanta antigüedad en relación a la marca como Fidocar S.A. en nuestro país. Veintinún años.
A ellos recurrimos para presentar hoy en Bla a uno de los automóviles recientemente incorporados al mercado uruguayo: el i30, en su segunda versión, concebida en el centro europeo de diseño Hyundai, en la ciudad alemana de Russelsheim.
De excelentes ventas en el mercado europeo, este i30 en su exterior responde a la filosofía de diseño “fluid sculpture”. Dinámico y con un claro tono deportivo, el modelo atrae a simple vista. Recordemos que este diseño responde a un equipo técnico gerenciado nada menos que por Peter Schreyer (ex Lotus y Kia)
Es un Hatchback de 4.30 de largo y 1.78 de ancho, que llegó a Uruguay en tres versiones, siendo la que probamos la denominada “Premium”, la de mejor nivel de equipamiento, con caja manual de sexta y a un precio de 39.900 dólares. También lo hay con caja automática y el comienzo de la gama es con el Super Full, manual, a 34.900.
El motor es 1.6 de 130 Hp. Es un cuatro cilindros de 16 válvulas con tiempo variable de apertura de en admisión y escape (D-CVVT en Hyundai). Este sistema permite variar el momento en que las válvulas de admisión y escape son accionadas por el árbol de levas, por ejemplo a altas revoluciones son accionadas antes pues hay muy poco tiempo para que la mezcla aire-combustible entre en el cilindro. Este motor también cuenta con un sistema de distribución variable ubicado en el múltiple/colector de admisión con unas mariposas que cierran un conducto y obligan a la mezcla aire-combustible a pasar por unos ductos más largos a bajas revoluciones, y por unos ductos más cortos a altas rpm, esto mejora el llenado de los cilindros y permite utilizar un fenómeno llamado “resonancia” para aprovechar una onda que rebota en las paredes del múltiple/colector logrando una mejor eficiencia volumétrica en el motor, con un abatimiento en el consumo de combustible.
EXTERIOR E INTERIOR
Llama a las miradas, con un frontal excelentemente logrado y líneas fluídas para un remate posterior acorde.
Los grupos ópticos, de buenas dimensiones ayudan a un look agresivo, en tanto las logradas llantas de 17 pulgadas le dan un toque deportivo bienvenido.
Adentro, lo primero notable es el fácil acceso a butacas muy cómodas, la del conductor con ajuste eléctrico, desde dónde se aprecia un interior de predominio negro con toques de alumino, combinación que siempre resulta. Desde ya les adelanto que las terminaciones son en promedio superiores a los autos del Mercosur.
Destacan en el panel central, primero el botón de encendido y apagado del motor (Start) al que habilita la detección de la llave inteligente que porta su conductor. También, los controles de estabilidad y tracción, en tanto entre los múltiples botones en el volante, forrado en cuero, ajustable en altura y profundidad, distingue el de “control de crucero”. Siguiendo la línea ascendente encontramos un amplio techo solar de accionamiento eléctrico.
Para mencionar, además, en el equipamiento de este i30: frenos de disco en las cuatro ruedas, con ABS y reparto electrónico de frenado; dirección con “Flex Steer” dónde la asistencia electrónica es ajustable o variable de acuerdo a la velocidad y en forma automática. A baja velocidad, por ejemplo para estacionar, el grado de asistencia es mayor y a medida que voy mas rápido, por ejemplo después de los 120 k.h. la dirección es mas dura y se gana en precisión.
Otros ítems: aire acondicionado con bienvenidos ductos para las plazas traseras, computador de a bordo con varias informaciones al instante y levantavidrios eléctrico para todas las ventanas. También eléctrico el accionamiento de los retrovisores exteriores, plegables.
En materia de seguridad, un plus para este segmento: siete airbags (incluyendo para las rodillas); tres asientos traseros con apoyacabezas y sus respectivos cinturones de seguridad, amén del sensor de lluvia para el limpiaparabrisas y el control de distancia para estacionamiento, trasero.
Hay que decir que equipado con todos estos elementos de seguridad el Hyundai i30 logró la calificación más alta en las pruebas de choque de la EuroNCAP: 5 estrellas. Todo un lujo para Uruguay en este segmento.
El audio es de muy buen nivel, con radio AM/FM/MP3/CD, conexión Bluetooth y enchufe Auxiliar.
El tapizado acompaña, sin estridencias, en este caso también en negro, con tela y símil cuero.
La capacidad de carga, tratándose de un Hatch, es buena con 370 litros en el baúl. Los asientos traseros se abaten 60/40 ayudando por si es necesario mas espacio.
DESTAQUES AL VOLANTE
En ciudad, impresiona la dirección. Suave, una seda, para un modelo notoriamente ágil y dotado de una “súper suspensión”, de las mejores que he probado en las mortificantes calles de Montevideo.
En carretera es un auto sumamente estable, con un torque promedio y una velocidad final de 195 k.h. El cero a cien en 11 segundos, bien aceptable para un 1.6.
En cuanto al consumo, lo medí a través de la computadora de a bordo y con el sistema Eco Drive conectado. No puedo decir que es un resultado combinado, mas bien 80% ciudad y 20% carretera, me dio 7.3 litros para 100 kilómetros. Muy bueno.
En definitiva, un auto que ha llegado con el gran antecedente de sus ventas en Europa, terreno mas que exigente que no sólo premió su seguridad sino su diseño y comportamiento.
Cada uno es dueño de su billetera, por cierto, pero si a esto le agregamos garantía de tres años o 100.000 kilómetros, la opción del i30 aparece como muy recomendable.
Fotos: Alvaro Portillo
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