Prueba: MINI Countryman híbrido (PHEV) ALL, MotorMario

Fue en Abril de 2017 cuando Motor Haus presentó en nuestro país al MINI Countryman, el modelo de mayor tamaño y versatilidad creado por la marca británica en sus -por entonces- 57 años de historia. En el hermoso marco de la Bodega Bouza fuimos introducidos al “GRAN” MINI, en sus tres versiones: Cooper, Cooper S y Cooper S All. No se le ha publicitado decididamente como un SUV, pero tiene todas las características, especialmente por su amplio interior, su doble tracción y despeje del piso.

La industria automotriz ya avanzaba decididamente por la senda eléctrica, y todas las marcas transitaban o comenzaban a hacerlo por un camino decididamente mas ecológico, abatiendo o liquidando el consumo de combustible fósil. Así, en el camino hacia el 100% eléctrico que MINI está pronta para comenzar a comercializar en Europa próximamente, Motor Haus dispone ya en Uruguay del híbrido enchufable PHEV (Plug In Hybrid Electric Vehicle) desarrollado sobre la base del Countryman con tracción en las cuatro ruedas (All4), con idénticas medidas al original: 4,29 de largo, 1,82 de ancho, 1,55 de altura máxima y una distancia entre ejes de 2,67. Hay que destacar que está basado en la plataforma del BMW X1 y es para el grupo la “muestra del compromiso de MINI con la movilidad eléctrica y sostenible”.

No hay mucho a encontrar para diferenciar a esta versión híbrida del Countryman 100% a nafta. Detrás de la rueda delantera izquierda está la tapa del enchufe, y si uno mira la trompa, destaca que la “S” es amarilla, distinción de Mini para indicar que se trata de un híbrido, así como lo será en el futuro 100% eléctrico. También hay un logotipo “E” con forma de enchufe en su parte posterior. Los mas observadores notarán que el híbrido tiene una sola salida de escape, que son dos en el resto de los Countryman.

LA MECANICA- NUEVO ESQUEMA

Mecánicamente es un auto único pues hablamos de dos motores, comenzando por uno a combustión, de tres cilindros en línea, nafta, de 1.500 cc que alcanza los 136 HP y 220 Nm de torque. Este motor está asociado al tren delantero mediante una caja automática de seis marchas. Acoplado va un generador (llamémosle KERS) que extrae energía del frenaje y que llegado el caso suma 20 HP extra y 60 Nm.

Para convertir a este Mini en uno de tracción integral, sobre el tren trasero se acopla un motor eléctrico que aporta un extra de 88 HP y 165 Nm de par motor. La potencia combinada llega entonces a los 224 HP y el torque a 385 Nm.

La particularidad es que en un momento puede estar andando 100% eléctrico con tracción trasera, en otro 100% a nafta, con tracción delantera o combinando ambos motores, lo que le da doble tracción y esa máxima potencia a la que referí, y que le permite hacer el 0 a 100 kh en 6″9 segundos, mejor que el Cooper “S”, y casi igual que el “John Cooper Works”, el mas veloz de los Countryman 100% a nafta.

Este esquema híbrido está sustentado en un paquete de baterías (celdas de iones de litio) que suman 5,6 kWh utiles, que no puede regenerar su carga al 100% sobre la marcha, por lo que es enchufable, de manera de restablecer la energía necesaria, permitiéndole los registros de consumo para los que se pensó. La batería tiene un garantía de seis años.

En el baúl hay una valijita con el cargador que debe conectarse a un enchufe doméstico (Wall Box) que la marca suministra. De acuerdo a la información que manejamos, se necesitan menos de tres horas para completar una carga (porque es una batería chica) pero si se utiliza una toma mas potente el tiempo se puede reducir. Un detalle: para acomodar las baterías fue necesario reducir el tamaño del tanque de nafta, y es uno de sólo 35 litros. También por un tema de espacio no viene con rueda de auxilio, pero con neumáticos del tipo “run flat”, que tras una pinchadura nos permiten seguir rodando durante una distancia, promedio, de 50 kms, para proceder a la reparación.

Hay tres formas de conducir este modelo: en modo 100% eléctrico (pulsando el botón E Drive); 100% a nafta o en una combinación de ambos modos, la que mas seguramente se utilice. Es que la 100% eléctrica es para quien realice trayectos cortos. Promete la marca una autonomía de 41 kilómetros, pero nos hemos informado con un colega español al respecto y nos ha dicho que con la batería cargada al 100% y conduciendo en ciudad en modo 100% eléctrico (sintiendo apenas un zumbido) él nunca pudo llegar a mas de 24 kilómetros antes de que saltase el motor de combustión. Supongamos entonces que si uno lo cargó por la noche, de mañana en 100% eléctrico irá bien desde Punta Gorda al Centro, ida y vuelta, y luego si quiere seguir -eléctricamente- deberá recargar.

La opción de 100% combustible no es para la cual está pensado este modelo, pero está por si uno se queda totalmente sin baterías. Lo mas indicado es, obviamente, el Modo Combinado, dónde las transiciones, entre el motor térmico y el eléctrico son casi imperceptibles, y las hace el auto de acuerdo a la conveniencia de consumo en la aceleración a que se le someta. Haciendo cálculos, si salgo con la batería cargada y el tanque de nafta al tope, me daría una autonomía de 300 kilómetros, lo que nos hará parar en una estación para cargar combustible en forma mas frecuente.

Como apunte, en estos meses comienza la comercialización en Europa del MINI SE (totalmente eléctrico) con una autonomía de 240 kilómetros.

EL INTERIOR SIGUE LA TRADICION

Por dentro, la ya clásica inspiración “retro” está presente para dónde uno mire.

El frontal está dominado por tres elementos situados detrás del volante: una esfera central para la velocidad y una pequeña pantalla digital, una segunda burbuja a su izquierda que oficia de indicador gráfico de consumo/carga y a la derecha el nivel de combustible.

Cambiando el ángulo de visión un poco a la derecha, un enorme círculo con iluminación LED (que cambia de colores) y encierra la pantalla táctil del sistema de infoentretenimiento y algunos botones físicos.

El diseño ha sido tenido mas en cuenta que la funcionalidad, pero logra su efecto y como es tradición en la marca, su instrumental no se parece a ninguno de otra.

Los asientos delanteros son amplios y cómodos, con varias opciones de regulación. Sentado atrás, buena altura y espacio para los pies, aunque por las rodillas -si uno mide mas de 1.85- seguramente deberá pedirle al conductor que vaya un pelito mas adelante con su butaca.

SENSACIONES AL VOLANTE

Cuando el vehículo se pone en marcha lo hace solo con el motor eléctrico, lo que se traduce en un arranque prácticamente silencioso; además, esto hace que todo el torque esté disponible desde el primer momento.

No es tan duro de suspensión, pero sí tiene algo del comportamiento “tipo kart” tradicional de los Mini. En ciudad resulta muy agradable por lo maniobrable, con una dirección espléndida, que responde al volante forrado en cuero. El silencio lo domina todo en el Modo “E” que es ideal para ciudad, por lo ecológico que en varias capitales europeas ya viene siendo prioridad absoluta a la hora de autorizar a un modelo a circular por los micro centros.

En carretera me gustó mucho el comportamiento. Sumamente estable en su andar, llamado a responder con todo lo que tiene -sumando motores- pasa de oveja a lobo en pocos segundos. Frena bien, por cierto.

Tanto por su tecnología híbrida, por el equipamiento, su confort, por sus sensaciones deportivas y su performance, por su -acotada- capacidad off road, por su espacio interior y una personalidad que respeta la tradición MINI, este “SUV” Híbrido merece ser visto en detalle, antes de juzgarle por su precio: 66.900 dólares. Puede parecer caro….¿pero respecto a qué? Si te gusta la cultura MINI, ésta variante te pone en un futuro que ya es presente.