Pensando ya en la próxima carrera y para ello, reparar cuanto antes la maltrecha Peugeot 207 SW. Es el presente de un Rodrigo Aramendía que empezó la semana mucho menos dolorido de lo que imaginaba.
“Fue obviamente un accidente con mucha suerte. Son cosas de las carreras y hay que tomarlas como tales”, comenzó diciendo.
“No recuerdo absolutamente nada. Solo tengo en mi memoria unos minutos antes de ponerme el casco que estaba en boxes charlando con un amigo y lo siguiente que recuerdo es verme adentro de la ambulancia”, añadió.
“Le agradezco a Dios -que obviamente es muy tuerca- y a todos los elementos de seguridad. Tanto el personal como el de la camioneta. La jaula bien hecha, bien soldada, construida con los caños idóneos; los cinturones de seguridad, el Hans, la butaca, el casco…cada cosa aportó lo suyo para que hoy yo pudiera estar contándolo…Es más, esa misma noche ya dormí en casa, con mi familia…”, añadió.
“Quiero agradecerles a todos, absolutamente a todos, porque hicieron lo correcto y la atención fue la debida tanto en la pista como al trasladarme y la atención en el Hospital Británico. A todos gracias, me cuidaron en cada segundo”, destacó.
“Yo creo que estas cosas son las que felizmente suceden muy de vez en cuando. Pero cuando suceden, debemos capitalizarlas a nuestro favor todos. Con esto quiero decir que en seguridad, debemos acatar y entender que el riesgo es enorme, que estamos expuestos y que todo lo que se nos pide, está bien. Ojalá este accidente que quedó solo en eso, sirva para comprender mejor que debemos cuidarnos todos”, concluyó.
MARIO ROSA
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