Esta vez duró seis vueltas en pista y una mas tarde todo sucedió como un flash. El Williams de Ayrton salió disparado hacia el exterior de la curva de Tamburello, impactando con el muro -luego se supo- a 218 k.h.
El auto quedó detenido y no hablé por unos segundos. Hasta que ví como se movía lateralmente el casco, lo que pensé era un buen augurio, que no lo fue.
Por dos horas mas, nada se supo. La carrera se disputó igual, pero ya no la relaté en el tono de siempre. Nadie informaba sobre el estado del brasileño, hasta que terminada nuestra transmisión llegó la noticia, desvastadora. “En este momento la médica María Teresa Fiandri comunica a todos los periodistas que estamos en el Hospital Maggiore de Bolonia que Ayrton Senna da Silva está muerto” dijeron en el Canal brasileño Globo.
El Gerente a cargo ese día de la salida al aire, en Canal 4, me preguntó si quería que interrumpiéramos lo que se estaba emitiendo para que yo saliera, desde el estudio de Telenoche a dar la noticia. Le pedí que no, creo que éramos cuatro o cinco en nuestra oficina de producción, llorando….Finalmente optó por colocar una leyenda en la base de la pantalla, informando de la demoledora noticia.
El mundo entero entraba en shock, al igual que quienes debíamos debutar seis horas mas tarde con Super Sport, un programa cargado de ilusión que luego estaría al aire durante 23 años consecutivos. Con las luces bajas en el estudio, comencé esa primera emisión a las patadas con mi alma.
Unos días después relaté las imágenes de la llegada del cuerpo de Senna a San Pablo, la caravana y ví a un pueblo entero desgarrado -como nunca mas ví- por la muerte de un ídolo, que excedía el plano deportivo y se les había metido profundamente en el corazón.
Cada uno de Uds. recordará seguramente que estaba haciendo y como reaccionó, cuando el accidente y cuando se enteró del fallecimiento de Ayrton. Que farsa los ratings de aquel entonces: resultó ser la carrera mas vista en la historia de la F1 en Uruguay, como que toda la audiencia “sabía” lo que iba a ocurrir….
En estos 25 años me he encontrado con muchos que aseveran que tras lo de Senna dejaron de ver la F1. Quizás sí, pero no a todos les creí, pues el tiempo va suturando la herida, aunque en este caso siempre quedará -según la persona- un poco mas -un poco menos- abierta.
Nuestro apego a las fechas hace de cada 1 de Mayo, como del 11 de Setiembre con lo de Gonchi, un día especial, en el que cada uno a su manera empieza recordando el accidente y termina con el corazón puesto en la imagen del piloto, en ambos casos seres humanos excepcionales.
Y a la larga, aunque la cara no lo demuestre, por dentro se mueve una sonrisa, esa que en nuestro recuerdo derrotó a la tristeza de la muerte, para tenerlos siempre vivos…