Ha cruzado a nado el Canal de la Mancha y entre otras cosas ha escrito y publicado tres libros, sobre motivación y la capacidad para superar un trauma. Es Philippe Croizon, de quien quizás muchos de Uds. quizás hayan leído o escuchado.
A los 26 años estaba subido a un techo cambiando de orientación una antena de TV cuando recibió una fenomenal descarga eléctrica. Salvó su vida, pese a la caída, pero la gravedad de las quemaduras determinó que los médicos debieran amputarle sus cuatro extremidades.
Diez años después, tras muchas operaciones y procesos de rehabilitación comenzó a nadar, logrando verdaderas hazañas, mostrando que para él, nada era imposible.
Ahora tiene 48 y está corriendo como piloto el Dakar con un buggy que el controla con el muñón del brazo derecho, a través de un joystick con el que acelera, frena y volantea, como en un video juego.
” Afortunadamente, hoy día existe la tecnología disponible para que pueda manejar un auto de rally” dice Croizon. “Hace un año y algo, le dije a mi mujer que quería correrlo. A mi representante le pareció una locura, pero lo aceptó y empezamos a trabajar totalmente de cero. Conocimos a Yves Tartarin [propietario del equipo], un experto en raids con más de quince dakares a sus espaldas, y pusimos el proyecto en marcha. Lamentablemente, el mismo día que lo anunciamos ocurrieron los atentados de París. Fue terrible… Poco a poco, se fueron sumando patrocinadores, y aunque ha sido duro, al final hemos conseguido cerrar el presupuesto para poder correrlo y estoy cumpliendo este desafío”.
Cumplida la tercera etapa clasifica en el lugar 59 de la general de Autos.
Comentarios