Privadas, casi restringidas. Es así que este feliz muchacho permanece casi en anonimato, con su tesoro oculto, en algún lugar de California, en Estados Unidos.
Nadie, o casi nadie sabe donde queda su taller devenido en museo, que alberga 45 BMW clásicos, y un sin fin de recambios y piezas, para atender a cada uno de sus joyas.
Entre lo más destacado de la colección se encuentra uno de los dos bMW 700 RS, de la década del 70, un 2002ti, y al menos un ejemplar de cada modelo más representativo de la década del 80.
Solamente BMW pudo conocer el museo, que ahora se exhibe al menos en el siguiente video.
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