Piense en cualquier condimento. Pues nada faltó en los 200 km de Buenos Aires, que quedaron en manos de dos ídolos de Chevrolet Agustín Canapino y Guillermo Ortelli.
Cuando se apagó el semáforo, Valdeno Brito por adentro y Ortelli por afuera, se peleaban por la punta. El Rey de Salto se adueñaba de la misma pero el brasileño reaccionó a tiempo y conquistó el primer lugar no sin antes un rose de por medio.
A las tres vueltas de carrera se largó a llover en el autódromo Oscar y Juan Gálvez, provocando un espectáculo de tensión permanente. La mayoría entró a boxes para cambiar los neumáticos lisos por los de lluvia y cambiaba toda la historia.
Gabriel Ponce de León era el nuevo líder en los primeros diez giros de los sesenta pactados. Ortelli, que había quedado fuera de los planes, empezó a girar en un ritmo superior al resto y por eso pasaba auto a auto para volver a ser segundo y tenerlo a tiro a Ponce de León. En la vuelta 19 pasaron por recta principal y el piloto del “Moño” fue por afuera para saltar a la punta.
El cronometro corría y con los cambios de pilotos ya realizados el final de los 200 kilómetros iba a ser por tiempo. En las últimas dos vueltas, Rossi pasaba al tercer lugar y lo buscaba a Giallabardo, a quien pudo superar antes de la Bajada del Tobogán.
Finalmente, la victoria fue para el Chevrolet número 5 de Canapino-Ortelli, completando el podio Rossi-Ponce de León y Ledesma-Giallombardo. Canapa ganó la carrera más esperada del año, pero también consiguió la punta del campeonato.
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