Dicen que los buenos pilotos son delicados al volante, y vaya si este exrallysta lo es. Apenas utiliza los dedos mayores para pasar de cambios, y lleva al límite este auto de 500 caballos, al borde de perder grip.
Rohrl se cronometra la vuelta (como siempre lo hace), y conduce sin inmutarse, hasta parece que se aburriera…
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