Aunque desde 2010 Volvo fue adquirida por los chinos de “Zhejiang Geely”, la empresa sueca se sigue rigiendo por el parámetro “seguridad ante todo”, prioridad asumida años después de su fundación, en 1927 por el Ingeniero Gustav Larson y el economista Assar Gabrielsson, en aquel entonces como empresa subsidiaria del fabricante de rulemanes SKF.
La marca, cuya sede sigue estando en Gotemburgo, ha aportado mucho, destacando desde el cinturón de seguridad de tres puntos de anclaje, introducido en 1959, a la sonda lambda para medir la calidad del aire en el escape, y o ha hecho con espíritu solidario, pues en esos casos ambas patentes fueron liberadas por la empresa para que cualquier fabricante de automóviles pudiera incorporarlas en sus modelos sin incrementar los costos de los mismos, haciendo bueno el lema de los fundadores de Volvo: “Todo lo que hacemos, lo hacemos por y para las personas”.
La seguridad de los ocupantes de sus modelos es fundamental para Volvo, y también lo es la seguridad , apuntando a eliminar muertes por accidentes en los que la velocidad es un factor. Por ello acaba de anunciar que un límite de 180 k.h. se aplicará a todos los modelos que fabrique a partir de mediados de 2020.
El límite de velocidad general para autopistas en los estados miembros de la Unión Europea es de 120/130 km/h. Alemania no tiene un límite general para autopistas, pero recomienda una velocidad de hasta 200 k.h.
El exceso de velocidad siguió siendo uno de los principales contribuyentes a la muerte en las rutas, comentan desde Volvo, junto con las drogas y bebidas y el uso de teléfonos móviles.