Hubiera sido una injusticia con lo ocurrido en materia deportiva, pero a punto estuvo de concretarse. Resulta que en la técnica después de finalizado el Rally de Italia, en Cerdeña, los comisarios observaron una irregularidad en los cristales traseros del Hyundai i20 WRC. Pidieron que los sacaran y resultó que pesaban 17 y no 19 gramos que está homologado para el modelo.
Finalmente todo ha quedado en un susto y en una multa económica para el equipo. Nada menos que 50.000 euros han tenido que desembolsar los coreanos, aunque barato teniendo en cuenta que podrían haber sancionado al belga perdiendo puestos en la clasificación o incluso descalificándole del rally.
Hyundai reconoció después que efectivamente no son las mismas ventanas que llevaba el coche que homologaron antes de que comenzara el campeonato ya que esas puertas no eran útiles. Al hacer que las puertas del i20 pudieran abrirse, esas ventanas no encajaban y tuvieron que poner unas nuevas, las de 17 gramos, que son las que Neuville lleva desde el inicio del campeonato.
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