Hay muchos países, como Estados Unidos o el Reino Unido, en el que las matrículas son personalizables, y no necesariamente respetan un código alfanumérico como en Uruguay. Además, las matrículas pueden ir cambiando de auto a auto, pues pertenecen a una persona física.
Tal es el caso de Afzal Kahn, propietario de uno de los talleres de preparaciones más conocidos del Reino Unido, Kahn Design, quien en 2007 compró la chapa “F1” por la módica suma de 550.000 euros. Tras varios años en su poder, en los que la chapa pasó por vehículos como un Mercedes-Benz SLR o un Bugatti Veyron, Kahn a decidido venderla, a un precio de unos 12.5 millones de euros.
Si bien parece un precio disparatado, Kahn afirma que en 2013 rechazó una oferta de 7.5 millones de euros por la chapa.
¿Podrá alguien abonar esa suma de dinero por una chapa-matrícula?
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