José María López debe estar viviendo horas de gran expectativa. El fin de semana próximo, la competencia del WTCC en Suzuka (Japón) se constituye en la penúltima de la temporada 2014, una ocasión favorable para que el cordobés, de dársele bien las cosas, celebre la obtención de unos de los títulos actualmente más importantes en el ámbito del automovilismo internacional.
El triunfo del piloto oficial Citroën en la primera de las dos pruebas en Shanghai (China) marcó el octavo triunfo del sudamericano y lo posicionó muy bien para la tercera de las cuatro citas en el Lejano Oriente.
Dicho éxito también fue decisivo para ayudarle a la marca del doble chevron a una anticipada obtención del cetro de Constructores en su año de debut en la categoría.
Los C-Elysée llevarán 60 kilogramos de lastre en la pista nipona, los Honda Civic y Chevrolet Cruze 30 y los Lada Granta 0.
José María llega allí con 382 puntos, contra los 291 de los franceses Yvan Muller y 251 de Sébastien Loeb, sus dos compañeros de equipo y únicos candidatos que todavía mantienen posibilidades matemáticas. Si todo sale bien para él, se convertiría en el segundo argentino en 57 años en lograr un campeonato mundial de automovilismo en pista desde aquel cosneguido por Juan Manuel Fangio por quinta vez en la Fórmula 1 en 1957 (y tercero en general, considerando el de Gabriel Pozzo en el Grupo N del Rally en 2001).
El trazado de Suzuka, localizado a 50 kilómetros al sudoeste de Nagoya, es bastante largo, con una cuerda de 5.807 metros por donde se harán las dos competencias de 11 vueltas cada una. Tanto en clasificación como en carrera, los récords a batir datan de 2012 y están en poder del suizo Alain Menu (Chevrolet Cruze).
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