Finalmente, se dieron el gusto. Guillermo y Federico Arrieta, padre e hijo, ganaron la general y la clase RC2N del Rally de Tala, pero sufriéndola hasta el último instante.
Primero fue la rotura de la bomba de agua tras haber ganado los seis tramos de la primera etapa, saliendo del auxilio y ya en camino al parque cerrado. Esto les significó una penalización de cinco minutos. Por sobre la desilusión del momento, los cálculos, contabilizando su ventaja, daban que seguían siendo líderes de la categoría y que estaban a menos de un minuto de quien heredaba la punta de la general, Fernando Pujol con su Renault Clio de la RC5N, que poco podrían hacer para defender la posición heredada.
Y el manejo de Arrieta con la potencia del Mitubishi Evo IX consiguió descontar y pasar al frente, anotándose por vez primera una victoria en la general del Nacional.
“Con el susto de mi vida” expresó Guillermo. “Salimos a esta segunda etapa tranquilos, sabiendo que el auto iba a absorber la diferencia, pero largamos, quinientos metros, lomo a fondo, y cuando coronamos vemos un montón de gente que venía caminando por la mitad del camino,,,y claro no se escucha mucho a estos autos cuando vienen…me paro en el freno y a último momento se corren, escucho el griterío del susto que tenían y yo que desconcentrado por lo ocurrido me paso en la siguiente curva, que era lenta, entramos mal en una calzada, el auto pega fuerte contra un terraplén y de puro c…no nos matamos y encima quedamos de nuevo en el camino. Yo pensé que había dejado la rueda ahí. Y bueno seguí, viendo si el auto era manejable, y cuando llego al final del tramo me pongo a mirar y por suerte mas que abollones no había. El saldo fue la rotura del tanque de nafta y anduvimos el resto de la nafta perdiéndola…Increíble, pensar que salí tranquilo y mirá lo que me pasa a los 500 metros de largar..”
¿Que sentiste cuando terminaste el último tramo?
“Ah, mirá fue una emoción mayor de cuando gané mi primera carrera, en la Fórmula Vee allá en el año 1988. No, no, esto fue increíble..Y ganar con mi hijo Federico como copiloto, comprobando que en los peores momentos fue el que mas me serenó. En vez de yo bajarle las vueltas a él, por una cuestión de experiencia, el me las bajaba a mí. El sábado después de lo de la bomba yo estaba muy caliente, me quería ir a la m…. y el me decía que mejor que nos había pasado ahí, y no el domingo, saliendo del parque cerrado, pues no daba la chance de cambiar la bomba. Y fue muy emotivo por el equipo, la verdad despues de tanto tiempo de amargas, fue muy lindo. Quedamos super contentos, por mas que la carrera, competitivamente, no fue buena, pero tuvo ese otro sabor que para nosotros fue muy importante….”
Comentarios