Ferdinand Alexander Porsche junto al 911 (628). Las sucesivas y exitosas generaciones han llevado a este ícono por un camino de cincuenta años.
Haber sido quien diseñó el primer Porsche 911 es como para pasar a la posteridad, y cuando falleció -el pasado lunes.- Ferdinand Alexander Porsche lo consiguió, como que su hijo dilecto, el modelo 911, le ha garantizado un capítulo entero en la historia del automóvil.
El 911 modelo 2012. Una belleza que resiste el paso del tiempo.
A sus 76 años, Ferdinand Alexander era nieto de Ferdinand Porsche e hijo de Ferry. Nacido en Stuttgart, en 1943 acompañó el éxodo familiar hacia Austria dónde hizo la escuela. En 1950 retornó a Alemania a la Waldorf School y luego a la prestigiosa Ulm School of Design.
Ya en 1958 asombró a todos por su diseño en plasticina del modelo sucesor del 356 y en 1962 fue nombrado Jefe de diseño de la marca. Un año después, tan sólo, presentó el increíble 911 (cuyo primer nombre fue 901) modelo que alcanzó hace poco su undécima generación, como un ícono dentro de los autos superdeportivos y que dentro de un año y poco cumplirá sus 50 años deslumbrando por el mundo.
Por su contribución a la historia de la industria automotriz, luego como cabeza visible del “Porsche Design Studio”, Ferdinand Alexander ha recibido numerosas distinciones, contribuyendo a elevar con su obra su propio apellido, iniciado en el reconocimiento global por la obra del abuelo Ferdinand -diseñador del primer Volkswagen Escarabajo y fundador de Porsche AG en 1931.
Sinceramente, es difícil encontrar un 911 feo. Tan bueno es el diseño que es prácticamente igual y generación a generación sólo es maquillaje el que se actualiza, en tanto sus famosos motores acompañan el progreso de la marca.
Nuestro homenaje a Ferdinand Alexander, nada menos que el diseñador del Porsche 911.
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