Son las reglas de juego. El Reglamento lo ampara. Está previsto en el Código Deportivo. Siempre hay que tener un as en la manga…, etc.
Son algunas de las razones que pueden esgrimirse para justificar la denuncia que el piloto Fabricio Larratea y su equipo le realizaron a la Peugeot 207 SW, minutos después de que Fernando Rama bajara del podio en donde había recibido el aplauso de los presentes por su segunda consagración consecutiva en el Superturismo Uruguayo.
“Hay una objeción técnica, aguardamos que el Concurrente del piloto Fabricio Larratea deposite la caución correspondiente para darle procedimiento al reclamo”, reconocieron las autoridades de prueba cuando la noticia corrió como reguero de pólvora en los boxes de El Pinar. Cabe recordar que más allá de esa denuncia formal, el vehículo campeón va sí o sí a la revisión técnica final y como suele suceder, se le revisa hasta el último tornillo. Eso incluye la suspensión trasera reclamada.
Pues bien y reconociendo que la denuncia es un procedimiento que ampara a quien la ejecuta -si efectivamente paga por ello la caución de US$ fijada-, y que está dentro de las posibilidades de una competición; no obstante todo ello, no puedo dejar de decir que la denuncia me sorprende y más aún, no comprendo el clima hostil hacia Fernando Rama que se planteó una vez concretado el abandono de Fabricio Larratea.
Con total honestidad, el año pasado riverense y equipo pasaron por una situación similar en cuanto a la definición del título y fue un verdadero halago para el deporte como Larratea y equipo reconocieron en Rama y Peugeot a los dignos campeones. Es más, personalmente fue un orgullo reconocerles públicamente semejante hidalguía deportiva.
¿Qué cambió este año?
¿Qué pasó para que Larratea y el equipo cambiaran tan radicalmente aquella loable actitud que los distinguió en 2012?
Tema para estudio, sin dudas, pero que no es motivo de estas líneas. Pero tan radical ha sido ese cambio que con ella cae esta denuncia que no se condice en nada con ese espíritu y gallardía deportiva que le hemos reconocido y elogiado a Fabricio Larratea.
Es como tener un as en la manga: si gano, me callo, si pierdo, reclamo. No es el sello ni la marca en el orillo de un piloto y un equipo que han sido, son y deben seguir siendo, referencia deportiva por saber -ante todo- agachar la cabeza y seguir para adelante ante la adversidad. De esos que todos queremos en cualquier deporte porque son la esencia misma del deporte.
Como lo ha hecho muchos años Fernando Rama. ¿Por cuántas frustraciones pasó el hoy bicampeón? Tal vez cinco, quizás seis veces quedó en la puerta del título. Pero nunca hubo un as en la manga. Ni enojo, ni culpas ajenas, ni gestos fuera de lugar.
Si hipotéticamente el auto de Rama está fuera de Reglamento, entonces lo más justo para un piloto y equipo de intachable hidalguía como el que soporta a Larratea, era denunciarlo antes. No después. Te aviso, no te traiciono.
Y si el auto está dentro del Reglamento, entonces la denuncia me huele mal. Es decir, una denuncia que no está a tono con la jerarquía de la categoría, ni de quien la hace. Se busca otra cosa. Y mucho menos se condice con el año fantástico que la categoría desarrolló y que en tanto Larratea y Rama estuvieron mano a mano en pista, fue un verdadero y fiel homenaje al deporte y a ese año que los tuvo como grandes protagonistas reflejo de la más rica historia de la especialidad.
Por eso insisto: una denuncia que no está a tono. ¿Por qué ahora? Es un reclamo que empaña y desluce un año cargado de alto voltaje deportivo. Ni Fabricio Larratea ni Fernando Rama se merecen pasar por una situación así.
El tiempo dirá, los técnicos actuarán.
Pero sea cual sea el desenlace de la denuncia, antes de que eso ocurra, quería dejar mi parecer por que -francamente-, no esperaba algo así y mucho menos desde donde vino.
Se alzarán las voces en pro, se agitarán las voces en contra.
En cualquier caso, una lástima que eso suceda. ¿No?
MARIO ROSA
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