Hace tiempo que era un misterio. ¿Como había logrado Steve Jobs no utilizar matrícula en su auto y en cambio un código de barras, que en realidad no fue puesto específicamente allí, sino que usualmente está detrás de cada chapa trasera en Estados Unidos?
De acuerdo a la nueva biografía sobre Jobs publicada por Walter Isaacson, que desde ya recomiendo, el fundador de Apple no hizo ningún pacto con la Municipalidad de Cupertino, dónde están las oficinas centrales de la marca. Y realmente no tenía matrícula porque, como el decía, “porque no la quiero…”
Ahora sabemos la realidad y es un pequeño vacío legal en California que establece que un nuevo propietario de un cero kilómetro tiene hasta seis meses para conseguir las chapas. Bueno, Steve Jobs lo hacía muy simple: cada seis meses cambiaba su auto, por exactamente el mismo modelo y mismo color…pero se daba el gusto de no tener que usar chapa.
Pequeños gustos que se daba este gran genio, una de las grandes personalidad en la historia. Ya lo apreciaremos en su real dimensión al paso de los años.
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