La IndyCar sigue a gran ritmo y se prepara para vivir en Texas, su tercera fecha en un mes, luego de realizarse la carrera en Belle Isle (encima fue doble fecha), Detroit, el pasado domingo y a solo dos semanas de efectuarse la centésima edición de las míticas “500 Millas de Indianápolis”.
Los directivos de los principales equipos admitieron en la web oficial de la categoría que lo apretado del calendario en esta época del año impide cambiar muchas cosas en sus autos, por lo cual el esquema aerodinámico será bastante parecido.
“Lo que funcionó en Indy y en Detroit, debería funcionar en Texas, pero quien tuvo problemas en esas carreras, no tendrá tiempo para reaccionar,” dijo Michael Andretti.
Lo apretado del calendario impidió a equipos grandes como Penske usar una puesta a punto especial para Indianápolis, apostando por una configuración que con pocos cambios rindiera bien en las tres pruebas aunque obligara a sacrificar algo en Indianápolis.
La “Firestone 600” en el Texas Motor Speedway (TMS) es una cita tradicional y muy popular entre los aficionados, que entra en el grupo de los llamados “óvalos cortos”, habiendo siendo ganada el año pasado por Scott Dixon (Ganassi Team), el Campeón del 2015.
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