Se había pegado en sus tres últimas presentaciones del Mundial, y por ello su enorme alegría, no sólo por la victoria sino por haberse demostrado que era capaz de darle algo al equipo Citroen.
Kris Meeke, a sus 35 años, era un hombre feliz en el primer lugar del podio del Rally de Argentina.
“Yo lo único que quería era sumar puntos. Pensaba en un quinto o sexto puesto, de no salirme de la ruta y llegar al final. Ganar no era algo que podía considerar antes de largar. Es que no había llegado nunca hasta ahora. La confianza estuvo siempre, pero algo me impedía ser candidato. Sabía que tenía que hacer algo importante este año, y creo que el lapso de tiempo, seis semanas, entre México y Argentina, me ayudó. Aclaré mis ideas y llegué a Argentina, hicimos muy bien las notas y funcionó”.
El norilandés se acordó en su hora feliz del equipo: “tengo tanta gente fantástica alrededor mío en el equipo, y sin dudas un auto muy fuerte. Las rutas aquí son las duras que he visto, pero el auto pasó siempre sin problemas. Esto habla bien del equipo y su experiencia. Tuvieron en cuenta todo lo que pudo haber salido mal y lo previeron. El apoyo de ellos ha sido fundamental…”
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