París,
Por Juan E. Pizarro
No quedará en la historia como uno de los mas representativos, pero el Salón de París 2018 que este martes abrió sus puertas a la prensa y el jueves lo hará al público, tiene sus atractivos. Duele la ausencia, en esta muestra bi anual que se alterna con Frankfurt, de grupos enteros como Volkswagen y otros, que remarcan las dudas de las marcas respecto al valor de estas muestras con costos exhorbitantes y, de acuerdo a muchos, con un retorno que no empareja a la inversión.
El ambiente de la industria automotriz europea está enrarecido. En 2020 entrará en vigor la nueva norma de emisiones de C02, que obliga a tener una media de 95g/km en la gama de cada fabricante para evitar multas millonarias, en tanto es casi una exigencia del mercado el presentar la transición de cada marca de los modelos térmicos a los eléctricos, en tanto se esboza como ve y ataca cada una el tema de la conducción autónoma.
Y es que los cambios tecnológicos del automóvil han entrado en una fase de clara aceleración y anuncian la hora de la verdad para el coche eléctrico. Con los nuevos modelos 3.0 de baterías anunciando autonomías en torno a los 450 kilómetros y las redes de cargadores ultrarrápidos comenzando a desplegarse en las principales autopistas europeas, el automóvil a “pils” empieza a ser una alternativa real como primer auto familiar. El proceso de electrificación aparece como irreversible.
Hay mucho por escribir, pero vayamos con un adelanto de lo que se está exhibiendo en la muestra ubicada en Porte de Versailles.
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