Los autos son mas lindos, y han mostrado en los entrenamientos que serán notoriamente mas veloces que los del año pasado. Esto, producto de cambios reglamentarios que nacieron con un propósito: ofrecer mejores Grandes Premios a una teleaudiencia global que ha bajado debido a la falta de espectáculo y a que mas que nunca el nivel de un equipo, Mercedes AMG, dejó al resto si nada que hacer mas que discutir posiciones secundarias.
Los nuevos F-1 del 2017 tendrán ruedas más anchas, gomas más adherentes, alerones más generosos, difusores más grandes y más eficiencia aerodinámica en general. Además el Reglamento de Motores no es nada restrictivo y permitirá que por vez primera desde 1987 los motores superen los 1.100 HP en configuración de carrera.
Pero las pruebas comunitarias de hace pocas semanas ya han confirmado justamente que el motor sigue siendo lo mas importante y en eso, el V6 1.6 Turbo de Mercedes mata. Acaso se haya acercado un poco Ferrari, otro poco Renault, pero deberemos confirmarlo a partir del viernes, con los entrenamientos para el Gran Premio de Australia del domingo.
Lo que no me cierra es que si se busca mejorar el espectáculo, los neumáticos mas grandes colaborarán en crear mayor turbulencia para quien viene atrás, por lo que le harán mas difícil el intento de sobrepaso, justamente uno de los puntos que mas reclama el público y que el DRS -a pesar de ser un gran aporte- no ha podido solucionar. Aparte del hecho de que un sobrepaso con DRS (10 kms por hora mas rápido) no cuenta como producto de habilidad conductiva.
Otro tema relativo a los neumáticos es que son mas duros, y por lo tanto mas resistentes, por lo que habrá menos paradas en boxes, quizás una sola, como manda como mínimo el reglamento. Esto minimiza el factor estratégico que dos, tres y hasta cuatro detenciones aparejó en su momento. Ya se sabe que en Melbourne habrá una sola detención, y sería el común denominador del año.
Cuando asumió la empresa Liberty, alejando a Bernie Ecclestone de su Reino, Chase Carey -ahora el mandamás- dijo que “hay que mejorar el espectáculo” pero no me quedan dudas que estos cambios para 2017, resueltos antes del ingreso de Carey, no harán mucho en cuanto a lo que mas nos gusta a los fanáticos, justamente el sobrepaso. Con el DRS es algo artificial y nos consta, por declaraciones de Ross Brawn, encargado de la F1 del futuro, que podría eliminarse en los próximos años.
Lo que Brawn tiene ante sí es el desafío de lograr que los autos no generen tanta turbulencia, que anden mas juntos y que a partir de ahí, la maniobra de sobrepaso sea producto de habilidad del piloto que la intenta, o por un error del superado. Los autos de la LMP1 de Le Mans generan mucha mas downforce que un F1, pero aerodinámicamente mucho menos turbulencia, por lo que el trabajo en ese punto será clave y mucho tiene que ver el diseño del frontal y sus múltiples alerones, justamente quienes inician la “downforce” en la F1.
Pero eso, será materia de discusión pensando en mas allá de 2018. Hoy, a punto de comenzar una temporada dónde no participará el Campeón vigente, los cambios reglamentarios no parece que cambien el producto a efectos del público. Han generado expectativa sí, pero seguirá siendo un tema de los motores híbridos que volverán a marcar la diferencia en tanto olvidemonos de que el “ruido” aumentará dado que el aprovechamiento natural que ejercen los motores híbridos sobre la energía térmica es totalmente contraproducente con la voluntad de aumentar el sonido. En el motor o unidad de potencia, aunque Ferrari y Renault (con Red Bull) hayan conseguido un paso adelante, los Mercedes van a seguir estando en otra galaxia.
Comentarios