Piquet, sexagenario de honrosa trayectoria

Su padre se opuso, mientras pudo, a que Nelsinho fuera piloto y quiso, de cualquier forma, que fuera tenista. Pero obviamente fracasó pues su hijo le tomó el gusto pleno a la que luego sería su profesión cuando se sentó por vez primera en un kart, a la edad de 14 años, usando el seudónimo Piket, basado en Piquet, el apellido de su madre.

Ni eso le salió bien al padre, de apellido Souto Maior,  ni el reconocimiento a su apellido, ya que en Brasil los hijos llevan el  materno.

Fue Campeón de Karting en 1971 y 73, de la Fórmula Super V,  del Británico de F3 y así llegó a Ensign, el equipo que le abrió las puertas a la F1. Luego pasó a Brabham, dónde fue Campeón en 1981 y 83, y en 1986 pasó a Williams dónde tuvo varios encontronazos con su compañero y rival, Nigel Mansell. Fue en 1987 cuando consiguió el tri Campeonato, pero luego comenzó su declinación, llegando a Benetton para terminar tercero en el Campeonato de 1989 detrás de Senna y Prost. Su última victoria fue en el 91, en Canadá.

Luego fue a la Indy, y fue en los entrenamientos de las 500 Millas cuando tras violento accidente resultó con fracturas de ambas piernas y lesiones en su tórax. Su recuperación fue muy lenta y ya el automovilismo no pudo ser prioridad, participando apenas de algunas carreras de larga duración como Le Mans, Spa o las Mil Millas de Brasil, que ganó dos veces. En 2006 tripuló por ultima vez, en pareja con su hijo Nelsinho, un Aston Martin DRB9 y terminó la carrera tan exhausto que decidió no correr mas.

Tengo muchos recuerdos de él. Cuando en 1986, en Detroit, le pregunté por Brasil, que al día siguiente jugaba por el Mundial de Futbol de México. Me miró fijo y me dijo “el fútbol es para otros, no estoy para contestar de eso…” o cuando aquel empujón y manotazo al casco del chileno Eliseo Salazar, en una de las chicanas de Hockenheim, tras un despiste en el cual el trasandino pareció haber tenido la culpa.

Estuvo unos años mas tarde en el Montevideo Motor Show, invitado por Gustavo Trelles. Y allí, lejos de las tensiones que nunca le hicieron bien a su personalidad, fue un tipo simpático y alegre.

El viernes cumplió sesenta, y vayan en estas líneas un pequeño homenaje al gran piloto que todo lo intentó por su hijo, pero no hubo sucesión al trono. Simplemente porque el padre fue mucho mejor.

 

 

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