Los años pasan y los chicos crecen. En este caso, permítame la alegoría para hablar de la presencia en nuestro mercado de un gigante como FAW que llegó en 2007 a nuestro país, de la mano de la familia Kaitazoff, y que ya es bien representativo de la vigencia de los vehículos chinos en nuestro país.
El grupo FAW, First Automobile Works, fue fundado en 1953 y se inició en la fabricación de camiones para convertirse luego en uno de los fuertes fabricantes de automóviles de China, especialmente luego de crear la subsidiaria FAW Car Co. Ltd, fundada el 10 de Junio de 1997 en la ciudad de Changchun.
Para reconocerlo fácilmente Ud. Podrá advertir en las grillas de sus modelos su logotipo, combinación de dos caracteres chinos que significan “primero”y “automóvil”, con una figura que simboliza un halcón extendiendo sus alas.
La misión de FAW, tal cual dice su documento de presentación es “construir el mejor auto, hacer a nuestros empleados felices y contribuir a una sociedad mas armoniosa”. Para ello, no ha parado de crecer y su superficie dedicada a la fabricación es de 890.000 metros cuadrados, con una plantilla de empleados de casi 12.000.
Tampoco ha parado de crecer su presencia en nuestro mercado dónde ya se han comercializado mas de 8.000 unidades, entre ellas unas 3.000 del sedán N5, el que encabeza las ventas de una lista integrada por la Besturn X80, que testeamos el año pasado, el V5, V2 Cross, los utilitarios de la línea T80, o el camión con caja 1061. A propósito, FAW fue justamente el primer fabricante chino de camiones.
Desde Changchun, al norte de China y ciudad fundada durante la dinastía Quing, ya han salido la mayoría de los mas de 16 millones de vehículos fabricados por la empresa para el mercado doméstico e internacional.
La ciudad, cuna de la industria cinematográfica china, ha tenido literalmente un crecimiento de película, y hoy su población supera los siete millones de personas, las laboralmente activas en su mayoría vinculadas a FAW y otras industrias automotrices, así como a la fabricación de locomotoras y a la extracción de petróleo, descubierto en la zona allá por 1950.
Dos párrafos antes, dejamos sin mencionar al modelo que hoy nos ocupa y que fuera lanzado aquí a mediados de 2014 por Kaitazoff, firma que cumpliera hace pocos meses sus cincuentenario en el mercado automotor uruguayo. Me refiero al FAW “Oley”que quizás Ud. ya haya visto en nuestras calles, como que hay 200 ya circulando.
No descubro nada en hablar de que un automóvil, especialmente inserto en franjas de mercado ultra competitivas tiene un componente de atracción en su precio. Por ello, voy a empezar por colocar al “Oley” manual en su precio promoción por el mes de marzo de 15.990 dólares y al automático a sólo 1.000 dólares más.
Hace rato que ya no tengo prejuicios con la fabricación china, pues como en su momento fueron los japoneses y luego los coreanos los que llegaron a nuestro mercado sembrando dudas, las vimos luego despejadas en virtud del alto standard de calidad al que con el tiempo fueron accediendo.
Es que China ha ido aprendiendo muy rápido, en algunos casos obligando a quienes quisieran insertarse en su lucrativo mercado a una constante transferencia de tecnología. Por ello, no es extraño encontrar en el “Oley” automático una caja del mismo proveedor (Aisin) de Toyota para el Corolla. En este caso, de cuatro marchas –sin secuencial- muy probada en el tiempo y que resulta toda una garantía para quien prefiere este tipo de transmisión que se encarga por sí misma de cambiar la relación de cambio, liberando al conductor del empuje al embrague y la constante manipulación del “pomo”. Tengo amigos que ya hace tiempo han dejado la caja manual por la simpleza del manejo con la automática.
En este “Oley” tenemos la posibilidad, a través de una tecla en el tablero de, apretando el botón “S”, conseguir una relación mas larga, es decir estirando cambios para quien pretenda una sensación de aceleración mas prolongada.
No es de mayor utilidad en nuestras tierras otra tecla, “W” que hace de “diferencial autoblocante”, pensando para lugares con superficies complicadas, como la nieve.
EL OLEY POR FUERA
El punto más alto en el diseño de este “hatchback” de cuatro puertas está en la trompa, muy bien lograda, con dos nervaduras longitudinales sobre el capó que le dan cierto toque agresivo culminando al frente con dos grillas en panal de abeja, con pequeños hexágonos entrelazados que permiten la necesaria refrigeración y colaboran con la personalidad que el auto transmite, junto a unos grupos ópticos alargados que se deslizan hacia la silueta lateral. Posee faros antiniebla adelante y atrás.
Otro punto a favor son sus agradables llantas de aleación de 15 pulgadas, de cinco rayos dobles, que calzan los neumáticos 195/50.
Mide 4.20 de largo, 1.66 de ancho y tiene 1.46 de altura, con un peso total de 1.100 kilos.
UN MOTOR 1.500
Dieciséis válvulas y una potencia de 100 Hp para este 1.500 cc (Dohc) o sea con doble árbol de levas en cabeza.
La primera marcha de la automática es corta, pero ya en la segunda se nota el empuje, que bien puede ser progresivo o repentino si uno baja fuerte el pie derecho. La caja en sí, en uso normal de ciudad está bien relacionada y resulta en un manejo, para quien así lo prefiere, mas descontraído.
El modelo cuenta con inmovilizador, detalle no menor para los amigos de lo ajeno.
EL INTERIOR DEL OLEY
De la ficha técnica y nuestros apuntes se desprende: espejos y vidrios eléctricos, bloqueo central, volante ajustable en altura –no en profundidad-, aire acondicionado biozona de muy buen rendimiento, asientos tapizados en tela bi color, seis posiciones para el asiento del conductor y cuatro para el del acompañante, apoya cabeza (dos adelante y dos atrás), asiento trasero plegable, desempañador trasero con temporizador, ajuste de faros camineros y radio AM/FM con inserción de CD y USB, con buen sonido que llega a través de sus cuatro parlantes.
De mi libreta rescato: buena calidad y apoyos de los plásticos y abundancia de ventiletes para major circulación del aire, así como regulador de la intensidad de luz del tablero.
En el instrumental, dos esferas: velocímetro y cuenta vueltas, con destaque amarillo a partir de las 5.500 y rojo en las 6.500 vueltas. No tiene pantalla táctil, pero eso no sería propio de su segmento de mercado. Al centro, entre las esferas, testigos de nivel de combustible, odómetro total y parcial y luces de emergencia.
El volante es de tres rayos con detalles –en el auto que probé- en aluminio y rojo. A su izquierda, una ruedita nos ayuda a regular la altura de las luces, recomendable de acuerdo a la cantidad de pasajeros y carga que llevemos.
Hablando de los que van atrás, hay buen espacio de piernas y adecuada altura de techo. Mido 1.81 y me sobraron diez centímetros, por lo menos.
A propósito del baúl, es de buena altura, pero como todo Hatch, tiene escasa profundidad. Sin embargo es de 370 litros, nada mal. Y si reclinamos los asientos de atrás, obviamente la capacidad aumenta considerablemente.
EN CUANTO A LA SEGURIDAD
Tiene doble airbag frontal, columna de dirección colapsable, cinco cinturones de seguridad de tres puntas, anclajes Isofix, alarma sonora para cinturón del conductor desabrochado, traba de seguridad de puertas para niños y barras laterales anti impacto.
Cabe destacar que este modelo pertenece a la alta gama de Faw y poseen los estándares más altos en el crash Test realizado.
Para la recarga se abre el depósito de combustible (48) litros y desde adentro se abre el capó y el baúl.
La luz de marcha atrás está integrada al paragolpe trasero.
EL ANDAR DEL OLEY
La suspension delantera (Mc Pherson) y la trasera en base a barra de torsión ayudana a un andar cómodo, aún en nuestras destruídas calles capitalinas.
La posición de manejo, en mi caso con el asiento bien bajo, es cómoda, con adecuada visibilidad del instrumental y debo decir que una vez acostumbrado a la caja automática, hasta el mas purista, lo agradece, especialmente en horas pico dónde se avanza de a metros.
Frena bien, con discos adelante y tambor atrás y dobla, exigido, en forma fiel.
En carretera, con la caja automática en Sport me quedé con la definición que allí le cabe, un Hatck con toque deportivo (170 k.h. ) y en ciudad, como un auto ágil y anti stress. Pero en fin, si le gusta la caja manual, también está el Oley con la caja de quinta a 15.990 precio promoción por el mes de marzo.
No es un detalle menor que de una caja a otra solo haya que pagar 1.000 dólares más. Téngalo en cuenta, pues mi experiencia con esta automática fue muy buena, para un auto que en precio está muy bien posicionado para lo que entrega a su usuario.
Comentarios