Probamos en Munich el recién llegado Audi A3 Sportback

Tras nuestro fugaz paso por Budapest arribamos a Munich, ciudad situada al sur de Alemania, capital del Estado de Baviera, y alejada por unos 80 kilómetros de Ingolstadt, sede de la firma Audi. Pero de Budapest no nos fuimos con las manos vacías: en nuestro viaje al aeropuerto tuvimos la posibilidad de manejar nuevamente el A3  Sedan 2.0 TDI S-Line, esta vez, de color rojo.

Luego de un par de horas de vuelo llegamos a Munich, en donde, luego del almuerzo, fuimos hasta el garage del hotel donde nos estaban esperando las máquinas que probaríamos. Allí descansaban dos Audi A3 S-Line, dos A3 Sportback S-Line, y dos R8, en sus versiones Coupé y Spyder, todos con el mismo y uniforme color rojo y matrículas que comenzaban con IN, pertenecientes a su ciudad natal.

Escogimos en primer término uno de los A3 Sportback, pues fue recientemente presentado en nuestro país. En este caso se trataba del modelo S-Line con el impulsor 1.8 TFSi, motor presente en nuestro mercado.

Así pues nos adentramos a la ruta, precisamente una de las famosas autobahn, o al menos bien conocida por los fanáticos del rubro, pues tiene segmentos en donde no hay límites de velocidad.

Pusimos rumbo a Ingolstadt en el GPS integrado del auto, y partimos. El auto estaba equipado con la transmisión secuencial S-Tronic DSG de doble embrague y siete marchas, al tiempo que la unidad probada equipaba el sistema Audi Drive Select, que permite intercambiar la configuración del auto en los modos comfort, dynamic, individual y efficiency.

Elegimos comfort para partir, haciendo los primeros kilómetros del auto a un ritmo tranquilo. La soltura con la que se desplaza es formidable, y la suspensión es de tacto mullido, pese a las llantas de 18 pulgadas y el bajo perfil. Con este modo la caja en opición automático hace los cambios en un tiempo razonable, pero no exige el tacómetro hasta la marca roja. Sin embargo, las aceleraciones y recuperaciones son muy buenas, así como la respuesta al acelerador.

Esta es la señal que avisa que no hay límite en la velocidad.

Unos kilómetros más adelante encontramos la característica señal en la autobahn que nos indica que no hay límite en la velocidad máxima, por lo que cambiamos el modo a Dynamic. En esta configuración, la respuesta al acelerador se agudiza, las suspensiones se tornan un poco más rígidas, y la transmisión se vuelva aún más rápida, mientras que el volante se vuelve un poco más directo.

Sin embargo, llevar el auto es muy confortable. Si bien es, como decíamos, un pequeño picante, en la carretera se muestra muy equilibrado, sin sobresaltos ni reacciones bruscas, y es incluso sencillo conducirlo a altas velocidades. Además, como se podrán imaginar, el estado de las rutas es inmaculado, y los conductores alemanes, un placer. Manejar en Baviera es mucho más fácil que hacerlo por estas latitudes, a pesar de que se circula a velocidad altísimas.

El auto se comporta de maravillas desde el primer momento, aunque seguramente se muestre a sus anchas en una zona más trabada, o bien en una ciudad como Montevideo. Es que si bien no decepciona en absoluto en cuanto a prestaciones, las autobhan nos hacen perder la referencia de deportividad y velocidad, pero vale aclarar que es una percepción subjetiva, tomando como referencia el entorno y el resto de los vehículos.

Destaca sbremanera la elasticidad que tiene en la séptima marcha, pues se puede circular desde 100 km/h hasta su velocidad máxima, no teniendo que rebajar para maniobras un poco holgadas. También destaca el paso silencioso y casi imperceptible de una marcha a otra, esto, cuando presionamos suavemente el pie derecho. Por el contrario, si se pisa el acelerador hasta el fondo, sus respetables 180 caballos nos vuelven a a la realidad, y nos avisan ”aquí estamos”. En el modo manual se tiene que tener siempre la vista en el contador de vuelas por minuto, pues la aguja asciende con velocidad, y hay que estar atento para ”enganchar” el cambio que sigue.

El interior es similar al del Sedan probado en Budapest, muy bien logrado, y con una excelente calidad en materiales, tanto a la vista como al tacto. La regulación de las butacas es eléctrica, encontrando enseguida la posición adecuada de manejo, en donde influye también la regulación en el volante. Sin perjuicio de ello, vale aclarar que las opciones que Audi brinda a los compradores son muchísimas, y puede variar mucho el diseño, como les explicaremos en la tercera parte de este informe.

Luego de conducir por el termino de unos 140 kilómetros arribamos a la ciudad de Ingolstadt, donde visitamos la planta de producción que Audi allí posee y el museo de la firma. No se pierda las siguientes entregas de este informe desde Europa.

Hebert Paguas

Enviado a Munich

 

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