Comprometida con el desarrollo de la tecnología del tren de mando totalmente eléctrico, o electro-híbrido como el futuro a corto plazo del automóvil, Porsche creó un sorprendente automóvil que se puede considerar como resultado de la cruza entre su sedán Panamera de segunda generación (en pleno debut comercial) y los avanzados 919 Hybrid que han ganado las “24 Horas de Le Mans” en 2015 y 2016.
Al describir el Mission-e, voceros de Porsche han afirmado que su fabricación en serie es tan viable como la del 918 Spyder; un sorprendente y sofisticado biplaza deportivo con tren de mando alternativo del que se fabricó una serie corta hace pocos años luego de causar furor en su debut como prototipo.
Con el cometido de dar un nuevo enfoque al mundo del auto eléctrico, el Mission-e promete las prestaciones de un súper deportivo con motor a nafta (0-100 kmh en 3,5”) y una autonomía (500 km) comparable a la de los mejores automóviles eléctricos del momento. En realidad el Mission-e tiene dos motores, uno sobre cada eje, lo cual le otorga movimiento a las cuatro ruedas. Las baterías van en el piso del auto, entre ambos ejes, garantizando una perfecta distribución del peso.
Porsche además afirmó que el Mission-e puede recargarse en hasta 80% en solo 15 minutos, mientras la modalidad “carga lenta” solo requiere seis horas, garantiza el 100% de la carga y alarga la duración de las baterías, que se pueden cambiar por otras 100% cargadas en cualquier concesionario Porsche..
Además, el Mission-e se aventura con otras interesantes tecnologías como los faros frontales en “matrix LED” que combinan potencia luminosa con poco encandilamiento a los conductores que vienen de frente.
El diseño combina claramente las características visuales de un Porsche y ofrece espacio para cuatro personas en una llamativa carrocería de apenas 1,30 metros de alto con accesibilidad por cualquiera de sus cuatro puertas con bisagras en los extremos.
El perfil aerodinámico se beneficia con la casi total ausencia de tomas de aire y también con la desaparición de los espejos retrovisores externos, que han sido reemplazados por diminutas video cámaras. Otras sorprendentes tecnologías involucran una evolución del sistema Head-Up-Display para ofrecer una correcta visualización del panel de mando.
La recarga en sí es otro aspecto importante del Mission-e, porque en principio no se prevé “enchufarlo” sino instalar en el garaje un soporte sobre el cual se coloca el auto, para que se recargue totalmente durante la noche o parcialmente mientras dure estacionado ahí. Hay un sistema “convencional” de carga, es decir, conectando el vehículo a un proveedor de corriente de 110v, que garantiza 100 km de autonomía cada cuatro minutos y un máximo de 450 km en apenas un cuarto de hora.
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