Cuando aceleró antes de tiempo, por indicación de su equipo, Kimi Raikkonen iría a atropellar al mecánico que ni siquiera había podido comenzar a cambiar su rueda. La tuerca central se atascó, pero la luz verde le indicó, mal, al piloto que la operación de recambio estaba terminada.
Otros errores, sin consecuencias físicas, arruinaron la carrera de ambos Haas en Melbourne, cuando las ruedas no fueron bien fijadas.
La FIA ha decidido actuar al respecto, de acuerdo a lo expresado por Charlie Whiting, director de carrera en todos los GP:
“Podemos introducir cosas para mejorar y reducir la probabilidad de errores. Hemos aprendido y necesitamos analizar y asegurarnos de que todos hacen lo mismo. El reto es decidir qué cosas automatizar y cuáles dejar en manos humanas, y para ello tengo una idea clara que debemos hablar con los equipos durante las próximas semanas”.
Tras esta breve introducción, el británico propuso la introducción de dos sensores: uno que confirme la colocación correcta del neumático y otro que asegure que éste está bien apretado, sistema con el que ya cuentan algunos equipos. Así pues, todo apunta a que se obligará a los equipos a montar ambos dispositivos, que darán luz verde si el proceso se ha llevado a cabo en condiciones, aumentando, consecuentemente, la seguridad en las detenciones.
“Necesitamos estar seguros de que no hay motivo para que alguien dé el visto bueno si esas condiciones no se han cumplido. Hay equipos que ya tienen el sensor en la pistola neumática y uno de posición, pero si solo tienes el primero puedes apretar la rueda bien aunque fuera de su sitio, como le pasó a Haas y McLaren. Así que, usando estos dos sensores, si todo está correcto, se le dice al encargado que pulse el botón y el gato cae, dando vía libre al auto”.