Ari Vatanen, salvaje piloto y caballero de la vida, cumplió 60 años

Ya hace 27 años de su espantoso accidente, justamente en el Rally de Argentina. Como que hoy cumpliría, tras nacer nuevamente, 33, pero en realidad son 60 los que ha festejado Ari  Pieti Uolevi Vatanen, el simpático finés a quien tuve la oportunidad de conocer en 1980 cuando por encargo del diario El País y del emprendedor “Cochile” Scheck coordiné el alquiler de un Ford Escort Grupo IV para Domingo De Vitta. Y fue justamente con el equipo de David Sutton con quien se arregló dicha operación, lo que deparó a Domingo el ser compañero de Ari,  quien llegó a Uruguay acompañado por su copiloto, David Richards, con los años luego constituído en importante figura empresarial en el automovilismo a través de Prodrive, con Subaru en Rally y luego hasta en la F1.

Recuerdo aquel almuerzo en el restaurante “Del Ferrocarril” y aquellos inolvidables siete Omelettes Surprise que digirió el finés en tanto conversábamos sobre el arribo de los dos autos a través de Aero Uruguay, así como de la infraestructura de auxilios programada para las dos carreras contratadas, Argentina y Brasil.

Un tipo atento, fraterno, Ari se metió bajo la piel de quien le conocimos. Como generalmente pasa con todos los fineses, tiene pinta de intelectual, muy dóci,l aunque en este caso hablamos de uno de los pilotos mas salvajes que hemos conocido, con un ritmo arrollador que le permitió destacar como un auténtico velocista, consagrado al año siguiente como Campeón Mundial 1981 con aquel famoso Escort  RS pintado con los colores de Rothmans. A propósito, fue la última vez que Ford consiguió un título en la disciplina.

Ari ganó 10 de los 101 rallies. Cuatro con Ford, una con Opel y cinco con Peugeot, con el célebre 205 Turbo 16, justamente con el que sufriera aquel accidente a tremenda velocidad y del que salió con vida de milagro. Ocurrió en 1985 y obligó a su retiro de la actividad por dos años. Volvió en el 87 a la actividad para ganar el primero, de los cuatro Dakar en su historial (89, 90 y 91).

Y no sólo lo recuerdo y reverencio por eso, sino también por haber sido parte del documental automovilístico mejor realizado -a mi criterio- de los que he visto. Me refiero a “Climb Dance” aquella glorisa subida al Pikes Peak.

De Ari volvimos a saber cuando ingresó como polìtico al Parlamento Europeo, candidateándose luego a la Presidencia de la FIA para perder a manos de Jean Todt.

Le he vuelto a ver en un par de Salones y siempre el mismo, recordando por ejemplo cuando se acercó una taza extra en sus manos y en chapurreado español dijo….” ¿café con leche Siñor Mario…”?

Sin duda de los personajes que mas admiro. Porque la velocidad de sus manos y pies nunca dejo atrás a su lenta, hasta cansina  y pronunciada caballerosidad. Un tipazo!

Felices Sesenta Ari!

¿Te guardo un Omelette Surprise?

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