La casa de Autolíder de Punta del Este se abre para los periodistas en ocasiones especiales. Y cada vez que lo hace, algún producto que merece el culto por allí aparece. El año pasado, en una noche de verano, se presentó el Mercedes-Benz AMG GTs, y en 2016, al mediodía, fue el turno de Maserati. No un modelo en particular, sino la marca, que dirigida por la firma, importará varios productos. De hecho, con la presentación del local exclusivo de la firma italiana, Autolíder mostró (y dejó conducir) los recién llegados Ghibli y GranCabrio Sport.
Un puñado de nosotros nos acercamos hasta el balneario esteño para conocer los modelos, previa agenda para poner las manos detrás del volante de uno de ellos. Exhibidos dentro y fuera, tres exponentes de los recién llegados: un Ghibli personalizado por el modisto Ermenegildo Zegna, un GranCabrio Sport de interiores rojos, y un Ghibli matriculado esperándonos. Catering provisto por Agroland (Colinas de Garzón, Altos de Garzón, Bodega Garzón) al estilo italiano, con un menú de sabores para transportarnos, al menos imaginarnos, Bolonia.
¿Por que Bolonia? Porque fue allí, al norte de Italia, que Alfieri Maserati fundó la automotriz que llevaría su apellido, en 1914. La ciudad sería, sin saberlo, inseparable de la marca, pues si bien su sede actual es en Módena, el tridente que lucen las parrillas de sus vehículos, se inspiró en la estatua de Neptuno que adorna la Plaza Mayor de Bolonia. El tridente, un arma, se ha asociado de varias maneras, y fue tomado por la mitología griega, la romana, pero también representa al diablo. Tal vez aquí, no por connotaciones religiosas sino automovilísticas, podemos decir que Maserati ofrece productos “endiablados”, pues, aunque vestidos para el día a día, tienen un picante que a cualquiera le gustaría probar.
En octubre del año pasado, Ferrari se independizó del Grupo Fiat-Chrysler, y Maserati quedó como expresión de lujo, potencia y calidad dentro de el conglomerado, y la firma ha dado un giro interesante, pues de ser autos de partidas cortas, Maserati se embarcó en mayor producción, por ende, en mayor confiabilidad. Dicho en otras palabras, Maserati buscó producir autos para todos los días. Y con Ghibli lo logró.
Fernando Auersperg y Martín Pérez, de Autolíder S.A. nos brindaron la bienvenida, y en nuestro caso, Fernando nos acompañó durante una hora y media, en una prueba de la Ghibli por Punta del Este, viaje que compartimos con Rodrigo Barcia, de Autoblog.
Como decíamos, la Maserati Ghibli es capaz de comportarse como un sedán familiar confortable y muy especioso (mide 4.970mm de largo, 1.945mm de ancho, y 1.461mm de alto), o bien como un deportivo que hace rugir por sus cuatro escapes el motor V6 biturbo de 3 litros, 350 cv, y 500Nm de par. Es un auto con carácter, que invita a ser conducido y acelerado, pero que en el tránsito de La Barra se comporta como un sedán más. Solo basta bajar la vista y ver el tridente al centro del volante, para recordar que vamos en una Maserati, o bien contemplar el paisaje, pues no quedó veraneante ajeno al paso del vehículo.
Fábrica declara una aceleración de 0 a 100 km/h en 5.6 segundos, y una máxima de 266 km/h. Esto se logra mediante un perfecto equilibrio de los pesos, a través de una mezcla de materiales como el acero de alta resistencia, el uso ampliado del aluminio y el magnesio y un bajísimo coeficiente aerodinámico de solo 0.31. Además, cuenta con una transmisión automática secuencial de 8 marchas firmada por ZF, con una velocidad de respuesta impecable, tanto en modo “Drive”, como en manual, con enormes levas de aluminio a los costados del volante.
Un detalle interesante. Si al lector le pudiera preguntar “¿cuánto cree que sale esta Maserati?”, de seguro diría que más que lo que vale. A Uruguay llega en tres versiones: Ghibli, U$S 174.990; Ghibli Zegna Edition, U$S 184.990, y la versión con tracción a las 4 ruedas y Ghibli S Q4, U$S 197.490.
En verdad que nos hubiera gustado tener a la Ghibli por más tiempo entre nuestras manos, pero había llegado el turno de otros compañeros, así que había que llevarla de nuevo al local. Al regreso, café de por medio con Fernando Auersperg, vimos más detalladamente a la otra Maserati, la GranCabrio, y un motor verdaderamente exquisito. Para los puristas, un V8 “aspirado”, que suena a las mil maravillas.
Su motor 4.7 V8 atmosférico, diseñado por Maserati y fabricado por Ferrari, logra una aceleración de 0 a 100 km/h en 5 segundos, con una velocidad máxima de 285 km/h. La transmisión, para este caso, es una ZF pero de seis relaciones, que tiene que soportar los 460 CV y 520 Nm de par del impulsor. Además, cuanta con suspensión adaptativa Sport Skyhook. El interior del exclusivo vehículo, se encuentra tapizado en cuero de Poltrona Frau, y es rojo. Para este caso, el precio es de U$S 385.000.
Hebert Paguas
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